El Congreso se divierte

Qué fue de los valores de justicia, humanismo y equidad de la izquierda española? No me imagino a sus referentes históricos haciendo leña de un árbol caído con el ensañamiento facilón, moralista y fariseo con que sus diputados trataron a Carlos Mazón el lunes en el Congreso de los Diputados.

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Dani Duch

“Mala persona”, “psicópata”, “homicida”, “miserable”, fueron algunas de las lindezas que le cayeron a Mazón, encarnación andante del árbol caído y único, al parecer, responsable de la tragedia de la dana. Si este hombre –al que no trato de excusar, tarea imposible– no es ya un apestado condenado a cargar su cruz de por vida...

Mal, muy mal, señoría Gabriel Rufián: zurrar así a lo que queda de Mazón es facilón

El ensañamiento personal fue monumental, como el de esos valientes que en grupo y cargados de alcohol patean la cabeza de algún desgraciado hasta matarlo en un parque urbano de madrugada o en la vecindad de una discoteca de polígono. Lo triste es que fuese en el seno de una institución, el Congreso de los Diputados, llamada a promover debates edificantes y respeto a las formas.

Una comisión de investigación parlamentaria en Madrid o Barcelona es un show mediático cuya finalidad nunca es esclarecer nada. Y todos los saben. Una forma como otra de perder el tiempo, zurrar al contrario y fingir que los representantes del pueblo son pueblo llano y no personas atadas a cargos.

La dureza de la izquierda con lo que queda de Mazón –mal señoría, Gabriel Rufián, muy mal– superó lo esperable y en ningún momento transmitió la finalidad de esclarecer nada sino de limitarse a juicios morales –¿quién puede proclamar si alguien es o no “mala persona” como hizo Belarra– contra un expolítico que se ha descalificado solo y es pasado.

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Cuando la izquierda adopta la demagogia y los juicios morales de los inquisidores del Santo Oficio, mal vamos... Supongo que lo hicieron, claro, por los familiares de las víctimas cuya indignación es comprensible. Pero si algo distinguía a la izquierda era su humanidad incompatible con linchamientos y hogueras para el hereje. A Mazón ya lo juzgará un tribunal, sin necesidad de piras para el lucimiento, muy mezquino por cierto.

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