Rosalía y yo

Rosalía y yo
Divulgador económico

En el siglo XIX, un filósofo, Friedrich Nietzsche, tuvo una idea: “Dios ha muerto”. Dios ha muerto. No se refiere a la muerte literal de una deidad, sino a la desaparición de unos valores morales y religiosos tradicionales que dejaban de ser una fuente fiable para la sociedad moderna.

Muerte de Dios. Muerte que abre la puerta al nihilismo (la creencia de que la vida carece de sentido), pero que también ofrece la oportunidad de que la humanidad cree sus propios dioses, sus propios valores y asuma su propio destino. Como consecuencia, “hemos matado a Dios”. Esto ocurrió en el siglo XIX, pero no se quedaron ahí trozos del ‘asesinato de Dios’, que han influido y siguen influyendo en nuestra sociedad actual.

La artista Rosalía publica este viernes su cuarto disco, 'Lux'.

 

NOAH DILLON - SONY MUSIC / Europa Press

Recuerdo la portada de un ejemplar de Time, de 1966. La portada, con el título más o menos “Dios ha muerto”, era de color absolutamente negro. No podía ser de otro color.

Pasan los años y aparece Rosalía, una chica de Sant Esteve Sesrovires. El 7 de este mes saca un disco, Lux, que desconcierta a la gente y le hace decir que “en este tiempo que nos ha tocado vivir tan materialista y terrenal es maravilloso que alguien cante a Dios y a la eternidad”; “¡qué privilegio poder vivir en la misma época que esta reina!”; “sentí este álbum como un encuentro entre lo divino y lo humano”.

Que Carlos Marcos diga que “estas dos cosas nadie las vio venir: la conversión de Rosalía de arrabalera motomami a inmaculada monja, y que medio planeta esté escuchando en estos momentos los excelsos violines de la Orquesta Sinfónica de Londres, la arquitectura sonora sobre la que asciende Lux”. Parece que de algún modo, Rosalía ha encontrado a Dios, aquel Dios al que mataron en el siglo XIX. Lo ha encontrado a su manera. Como lo encontramos todos. Cada uno a su manera.

Recientemente he hecho un podcast titulado Palabra de dos, en el cual el tema era Dios; con seis amigos y amigas mías, tres hombres y tres mujeres. No ha sido un debate, sino una conversación de amigos en el que cada uno expresa con paz y serenidad lo que opina sobre Dios.

Rosalía ha encontrado a Dios como lo encontramos todos: a su manera

He pretendido que mi intervención como entrevistador fuera mínima. Yo tenía dos preguntas, una al principio y otra al final de la conversación: la primera era preguntarle a la persona qué le decía la palabra ‘Dios’; en la segunda le planteaba el momento de la muerte. Y ahora, ¿qué?

Por supuesto, a lo largo de la conversación salían otros temas, que introducíamos en la entrevista. Las conversaciones, de media hora más o menos, en conjunto formaron un documento que a mí me parece muy interesante. Desde el que te dice que es ateo, pero que pone el belén, con Niño incluido, hasta la que afirma que el infierno no puede ser eterno, que admite un infierno provisional.

Entre unos y otros, Rosalía incluida, estamos avanzando, mientras nos alejamos de Nietzsche. Hablando de Rosalía, alguien me dijo el otro día que Dios se había vuelto a poner de moda. Yo creo que Dios ni está de moda ni deja de estarlo. Dios es Dios y punto.

Seguimos hablando de Rosalía. Este amigo, ya lanzado, me dijo: “Si me demuestras que Dios existe, creeré”. Le respondí que sólo hay dos posibilidades: que Dios exista o que Dios no exista. Cada uno elige la posibilidad sabiendo que, elija lo que elija, si Dios existe, existe y si no existe, no existe.

Lee también

Se necesitan personas excepcionales

Leopoldo Abadía
Rosalía y yo

Para algunos, no existía. Para Rosalía, parece que empieza a ser que sí. Yo, gracias a Dios, lo tengo claro. Esto no representa ninguna superioridad mía sobre los demás. Simplemente, es la expresión de un convencimiento, una obligación y del compromiso de vivir como si Dios existiera. Por dos razones. Una, porque estoy convencido de que Dios existe. La segunda, porque vuelvo a la portada de Time, aquella portada negra. Me parece acertadísima. Estoy convencido de que una vida sin Dios es una vida negra.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...