El Reino Unido prohibirá sacar beneficio con la reventa de entradas”. Oí lo de esta medida legislativa que se acaba de aprobar en Gran Bretaña y pensé: fantástico, ahora a por las casas.
No es un salto en pértiga tan ditirámbico como podría parecer ni una boutade de tertuliana. Aunque el daño social es obviamente distinto, es el mismo mecanismo el que lleva a una persona a pensar que si compra cuatro entradas de Oasis (lo sucedido con el retorno de los Gallagher ha propulsado la ley británica: entradas que habían costado cien libras se revendían a 4.000 libras) o 20 entradas de Oques Grasses y luego las coloca por el triple de precio en Viagogo y el que decide que va a alquilar sus pisos sobrantes por temporada o por habitaciones para sacarles el máximo rendimiento.
Está muy instalada la idea de que no especular pudiendo hacerlo es una gran estupidez
Todo forma parte de la Mentalidad Media Markt. Hace ya más de una década que la empresa alemana de electrodomésticos no utiliza ese eslogan, con el que aterrizó en España y con el que se posicionó en el mercado en los años de la burbuja inmobiliaria. Pero si ha quedado en la corteza cerebral colectiva es porque encapsula muy bien un tipo de pensamiento extendido de manera muy transversal en la sociedad. Nadie quiere que le tomen por tonto y está muy instalada la idea de que no especular pudiendo hacerlo es la mayor estupidez que uno puede cometer.
En un panorama económico en el que la desigualdad crece por minutos y en el que para ser rico de verdad hay que ser milmillonario, alguien debería explicar a todos los demás, los brókers de andar por casa, que lo verdaderamente tonto es contribuir al encarecimiento general de la vida.
El mismo propietario que cree haber dado un pelotazo cósmico comprando viviendas por inversión, no para vivir, y rentando su vivienda sobrante a un precio inflado se encontrará cuando ellos o sus familiares necesiten casa en otra ciudad con otro listo que habrá pensado exactamente lo mismo. Acabamos de saber que el precio de las casas subió un 12% en el último trimestre, superando las cifras de la burbuja del 2008. Y demasiada gente, contaminada de especulitis, sigue pensando que tontos son los demás.
