Hacerse mayor

Hacerse mayor
Staff Writer

Para algunos, hacerse mayor es encajar la realidad. Para otros, será ignorarla, o negarla. O huir, o incluso reírse de ella. Cada uno toma sus decisiones con mayor o menor fortuna. Primero eliges el restaurante, luego pides los platos. La factura siempre llegará al final. Tenemos que asumir que cuando envejecemos –aunque a veces aumente nuestra claridad de análisis–, empezamos a añadir pegatinas de ITV a nuestro chasis corporal. Y aceptarlo con humor y serenidad. En Cuba funcionan todavía magníficos autos de antes de la revolución, llamados almendrones o haigas, que, reparados de una manera casera, se siguen desplazando. Vivir es moverse e ir reparando averías.

FOTO MARTI GELABERT 04/10/2023 LA GENTE MAYOR HACE VIDA EN LAS CALLES DE BARCELONA. UNA ANCIANA DESCANSA EN UN BANCO DEL PASSEIG JOSEP TARRADELLAS

 

Marti Gelabert

Por una parte, gestionamos lo físico y su desgaste. Pero el desafío real es asumir la verdad acumulada con lucidez y sin excesivo dolor. Lo dijo Joseph Conrad: “Curiosa cosa es la vida: ese misterioso diseño de lógica implacable al servicio de un fin inútil. Lo único que cabe esperar de ella es un poco de conocimiento de uno mismo, que siempre llega tarde, y una cosecha de arrepentimiento, que no se extingue”.

Aunque la cita de El corazón de las tinieblas asuste un poco, hay estrategias válidas ante la realidad, precisamente porque es un reto inevitable. Lo primero es tener la cabeza clara y centrada. Saber leer cada momento. Mirar, pensar, recordar. Tomar distancia y saber buscar compañía.

Puede que nos ayude a encajarlo saber que lo esencial, cuando nos hacemos mayores, es tener salud aceptable, una cierta independencia económica y una capacidad de estar un poco loco, porque, de otro modo, quedaríamos en la intemperie.

El desafío real es asumir la verdad acumulada con lucidez y sin excesivo dolor

Madurar no tiene por qué ser lamentar. El río de la vida va de ir construyendo respuestas. Las potencias de la vida, me decía un amigo, son muy poderosas. Y añadía: el sufrimiento te lo trae la vida. Esta amarga verdad tenía una cierta compensación, ya que escuchaba sus palabras con mesa y mantel mediante, que es una manera muy civilizada de hacerse mayor, siempre que puedas celebrarlo.

A algunas personas les sorprende lo mucho que se gasta en nuestro país en bares, cafés y restaurantes. Bendito gasto, en muchos casos, ya que muchos informes científicos demuestran que la soledad crónica equivale a fumar 15 cigarrillos diarios.

Lee también

Nuestras inquietudes

Jordi Nadal
Colegio, escuela, aula, primaria, clase, niño, niña, niños, estudiando, estudiar, deberes, profesor, profesora, profesores

Cada vez que veamos a dos personas que conversan de verdad y en buen tono, escuchándose y sin exasperación ni interrupciones, sabemos que estamos acumulando salud y bienestar. Sea cual sea la edad y el momento en el fluir de la vida, mejor que te encuentre acompañado. Ya nos advirtió Cicerón que “la vida sin la amistad no vale nada”.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...