Narrar Barcelona es esto

Narrar Barcelona es esto
News Correspondent

Barcelona constata por enésima vez que prefiere venderse como producto al que está de visita antes que cuidar a sus residentes, el talento propio, su cultura. Y lo hace en mal momento y lugar, con un traspié que la llevará a encadenar tropiezos hasta el batacazo final. El lugar es la Feria del Libro de Guadalajara, donde Barcelona es la invitada de honor y hay una buena representación de autores que la han descrito con solvencia y conocimiento. El momento: cuando acaba de publicarse que la población que habla habitualmente catalán en su área metropolitana no llega al 25%. La ocurrencia del Ayuntamiento: una beca residencial de tres meses para autores latinoamericanos que escriban sobre la ciudad, llamada Narrar Barcelona y dotada con 80.000 euros; suma que iría muy bien a los escritores barceloneses para poder seguir viviendo en la ciudad.

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EFE/Francisco Guasco

Lo llaman beca cuando deberían decir remuneración en concepto de promoción de Barcelona –que no necesita más publicidad–, con un libro en castellano –lengua que no necesita ayuda– escrito por un autor que no tendría por qué escribir sobre ella si no le pagaran por pasar aquí unas vacaciones con dinero público. También hay becas para residentes, sí, por ejemplo, la Montserrat Roig, dotada con 6.000 euros. De modo que el mensaje es: la literatura propia se valora tanto como para ir a la FIL, pero una vez allí el Consistorio anuncia que el premio gordo se lo lleva el visitante, a quien valora trece veces más. Es como si, en vez de subvencionar una investigación en profundidad, se becara al que se da una vuelta por el laboratorio. ¿Aquel que esté tres meses en Barcelona la verá con mayor lucidez? Sin duda la verá con buenos ojos, con una ayuda así.

El Consistorio anuncia que el premio gordo se lo lleva el visitante

¿Y qué pasa con los autores latinoamericanos que viven o han vivido aquí? ¿Pueden solicitar la beca? ¿Y los barceloneses que están allá? Si la idea es crear lazos, la subvención tendría que ir a obras que traten el intercambio cultural, escritas en cualquiera de las lenguas amenazadas: uno de cada cinco pueblos indígenas en América Latina y el Caribe ha perdido su idioma nativo, y más de un tercio de las originarias restantes está en peligro de extinción.

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En fin. Creo que el Ayuntamiento no debería perder la oportunidad de dar becas de fotografía a los turistas para que retraten Barcelona.

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