Vida de perro, vida con perro

Vida de perro, vida con perro
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Mi entendimiento sobre los canes es escaso. Tengo constancia de que emiten ladridos inoportunos, que son infestados por insectos como pulgas y garrapatas, y que en entornos urbanos requieren ser paseados con guantes y una bolsa para la recolección de sus excrementos. Reconozco su papel crucial en el cuidado del ganado y la actividad cinegética, su utilidad como guías para personas con discapacidad visual, su adopción como animales de compañía por parte de diversas clases sociales, y su empleo para la agresión por parte de ciertos jóvenes. Soy consciente de que su denominación común se emplea actualmente para denigrar al jefe del ejecutivo, tal como se hacía previamente con mujeres de reputación dudosa. Entiendo que tienden a ser leales a sus cuidadores: la lealtad se califica de perruna, al igual que la aridez se describe como pertinaz. Y con esto concluye mi conocimiento sobre los perros.

Cuando sufren dolor crónico, los perros se mueven menos y están más apáticos

  

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Quizás por ello me ha resultado grato leer Bartolo. Vida de perro (Athenaica), una obra en la que el sevillano Diego Carrasco (finalista del premio Herralde en 1991) nos presenta los diarios –que aparentan ser ligeros, pero no lo son– de su tiempo junto a un teckel en una propiedad de Vejer de la Frontera. Con la tarea de supervisar y atender a Bartolocuando sus dueños no están, el escritor forja con él una rutina de caminatas y una tranquila armonía que se extenderá por once años.

Diego Carrasco narra sus intensos días al lado de Bartolo

Autores como Jack London o Virginia Woolf han otorgado a este animal protagonismo libresco. Pero, a diferencia de los suyos, el perro de Carrasco no lleva una vida heroica o verbosa, sino previsible y sosegada, más allá de fases de celo o peleas. El silencio del campo, dijo Valle-Inclán y recuerda Carrasco, pone en sordina los afanes del mundo. Y el autor, que envidia una existencia tan regalada y despreocupada como la de Bartolo, se aparta del mundanal ajetreo y se pregunta por qué “la gente se resiste a hacer lo menos posible”.

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foto XAVIER CERVERA 17/06/2014 Oriol Bohigas i Guardiola, arquitecte catala, va néixer el 20 de desembre de 1925 a la ciutat de Barcelona. El 1943 ingressà a l'Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona, on es gradua el 1951. L'any 1961 aconseguirà el títol de Tècnic Diplomat en Urbanisme i el 1963 el títol de Doctor Arquitecte. Membre fundador del grup editorial Edicions 62 del que fou president del 1975 fins al 1999, entre 1981 i 1988 fou president de la Fundació Joan Miró. Del 2003 al març 2011 va ser president de l'Ateneu Barcelonès, cÃrrec des del qual va iniciar la restauració i millora de l'edifici i de la seva biblioteca.[2] L'any 1986 va rebre la Medalla d'Or al Mèrit Artístic de la Ciutat de Barcelona,[3] el 1988 la Medalla d'Urbanisme de l'Académie d'Architecture de Paris i el 1990 li fou concedida la Medalla d'Or d'Arquitectura, del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, que comparteix amb Francisco de Asís Cabrero. Lâ#{emoji}128;#{emoji}153;any 1991 fou guardonat amb la Creu de Sant Jordi concedida per la Generalitat de Catalunya i el 1999 obtingué el Premi Ciutat de Barcelona a la Projecció Internacional atorgat per l'Ajuntament de Barcelona. El 2006 li van concedir la Medalla Francesc Macià de la Generalitat de Catalunya.,[4] i el 2008 va rebre el Premio Nacional de Arquitectura 2006, concedido por el Ministerio de Vivienda,.[5] El 2011 fou guardonat amb el Premi Nacional de Cultura a la Trajectòria Professional i Artística concedit per la Generalitat de Catalunya CoNCA

Parece que Bartoloy y Carrasco estaban destinados a entenderse. Ambos valoran los dones de la naturaleza, como correr entre olivos silvestres y robles, y contemplar el cielo nocturno. Aceptan el transcurso del tiempo con una pizca de nostalgia, comprendiendo que una relación se cimienta en el cuidado recíproco, la lealtad y la moderación en las expectativas. ¿Es esto una fantasía? Frecuentemente, sí. Sin embargo, también es algo factible, accesible para quien desee, sepa y pueda gozar de ello, tal como este libro demuestra.

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