Juego, bondad y suerte

Staff Writer

El pasado 3 de diciembre, una ciudadana
se encontró una bolsa de mano abandonada
en un banco de madera en el
Eixample barcelonés. Cuando la abrió, creyó que le había tocado el premio gordo de Navidad, porque en su interior encontró la friolera de 60 décimos, todos distintos, para el sorteo del próximo 22 de diciembre. Nada menos que 1.200 euros en décimos, que es una buena apuesta para ser afortunado en la lotería navideña. La bolsa de mano tenía una etiqueta con un apellido y la afortunada ciudadana decidió que su suerte, en realidad, tenía otro dueño. Llamó al 112 y contactó con la Guardia Urbana, que recogió la bolsa y empezó a investigar a quién pertenecía. Mediante la oficina de objetos perdidos pudieron localizar a la legítima dueña, que estaba en ese momento en un pequeño pueblo de Cantabria, explica El Diario Montañés. Por mera probabilidad, la dueña de los
décimos recuperados se llevará algún premio en el sorteo del próximo lunes. Aunque, de alguna forma, el juego de la suerte ya la ha premiado con la bondad de una anónima.

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