Chile vuelve al pinochetismo

Chile vuelve al pinochetismo
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Se ha vuelto a cumplir la tradición en Chile, donde desde el 2006, en lo que se conoce como el péndulo chileno , ningún presidente ha traspasado el poder a otro de su misma ideología. Como preveían los sondeos, el candidato ultraderechista José Antonio Kast ganó el domingo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales al imponerse a la candidata oficialista, la comunista y exministra Jeannette Jara, por un contundente 58,1% a 41,8% de los votos. Kast, ganador en todas las regiones del país, se convierte en el presidente más votado en toda la historia chilena, si bien hay que tener en cuenta que era la primera vez que era obligatorio votar.

Los chilenos tienen por primera vez un jefe de Estado que respaldó a Pinochet. Era el tercer intento por llegar al palacio de La Moneda de este político ultraconservador, hijo de un oficial nazi que se refugió en Chile tras la Segunda Guerra Mundial, que ha vencido con un programa de mano dura ante la sensación de inseguridad que vive el país, garantizando las deportaciones de inmigrantes irregulares y la recuperación económica. En su primer discurso tras la victoria, prometió devolver a Chile “la tranquilidad, el orden y el progreso”.

De 59 años y padre de nueve hijos, Kast ha centrado su campaña electoral, como decíamos, en la seguridad, el control migratorio y el crecimiento de la economía, que son hoy las principales preocupaciones de los chilenos. Puso como eje de campaña la creciente violencia, que ha aumentado en los últimos años, pese a que el país sigue siendo uno de los más seguros de América Latina.

La ultraderecha llega al poder por primera vez en 35 años de democracia en el país sudamericano

Kast es contrario al matrimonio homosexual, al aborto, a la píldora del día después y a la ley de identidad de género. Pero durante la campaña ha evitado defender esos temas y ha apostado por una aparente moderación. Su estrategia ha sido pragmática y monotemática: un gobierno de emergencia dedicado a poner orden. El nuevo presidente electo ha participado en cumbres de la ultraderecha de todo el mundo, entre ellas la convención que Vox celebró en Madrid.

Seguidor y discípulo de las políticas de Trump, Kast encarna un mundo político que había estado ausente del Gobierno chileno en los últimos 35 años: la extrema derecha pinochetista. Es un político ultraconservador en materia de libertades individuales, reacio al papel del Estado y de los funcionarios, por lo que se propone recortar 6.000 millones de dólares del gasto público. Su formación, el Partido Republicano (PR), fundado en el 2021, nunca ha gobernado, así que habrá que ver cuál será su agenda política cuando asuma la presidencia el 11 de marzo del año próximo. Kast y el PR no dispondrán, a pesar de su amplia victoria, de la mayoría absoluta ni en el Congreso ni en el Senado, incluso contando a todos los partidos de derecha juntos. Y eso que ha ganado también gracias al respaldo de sectores del centro político y a electores del liberal Franco Parisi, tercero en la primera vuelta. Kast tendrá que lograr conciliar las visiones opuestas de país que tienen las derechas con las que tendrá que gobernar.

El fracaso de Jeannette Jara se debe, en gran parte, al rechazo de la opinión pública a la gestión que ha efectuado el Gobierno del presidente Boric. Tras la derrota sufrida el domingo en las urnas, la izquierda y el centroizquierda están obligados a realizar un serio análisis y a replantearse su discurso político para la sociedad chilena, ya que se ha visto que sus postulados no han llegado a las clases populares, que han apostado por dar su voto a una opción de la derecha radical, como ha sucedido en otras partes del planeta. El centroizquierda chileno, agrupado en el llamado Socialismo Democrático, que, con el Frente Amplio del actual presidente Boric y el Partido Comunista, forma el Gobierno chileno, necesita abrir un debate profundo.

El ultraconservador Kast gana las presidenciales prometiendo seguridad y expulsión de inmigrantes

Y en este contexto, es importante recordar que la izquierda chilena ya sufrió un duro varapalo en septiembre del 2022, cuando la propuesta de nueva Constitución, a instancias de la convención constitucional, alentada por el Gobierno, fue rechazada en las urnas por el 62% de los chilenos. Habrá que ver si Gabriel Boric, que dejará el cargo con solo 40 años recién cumplidos, tiene intenciones de seguir en primera línea política e intentar recuperar el poder para la izquierda en el 2030.

Chile se suma a los países sudamericanos con un presidente de derechas, como Argentina, Paraguay, Panamá, Perú, Ecuador, Bolivia y previsiblemente Honduras, donde el recuento electoral apunta a un triunfo del candidato apoyado por Trump. Kast se añade a los referentes ultras del continente apoyados por la Casa Blanca: el salvadoreño Nayib Bukele y el argentino Javier Milei. Todo indica que el nuevo giro político en Chile abrirá la puerta a un alineamiento más estrecho con Washington.

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