Una luz en Bondi Beach

Siempre he tenido un gran cariño por Australia. Pasé allí los primeros meses de un año sabático que me permitió disfrutar el diario El País. Visité sus ciudades, el arcilloso outback, escribí muchas historias y me bañé junto a los surfers de Bondi Beach.

Horizontal

 

SAEED KHAN / AFP

Hace solo diez días me paseé virtualmente junto con un querido familiar por el coastal walk, el estrecho y verde paseo litoral que une las playas del sur de Sydney. Desde Barcelona y con la ayuda de Google Maps y de las cámaras de vídeo de nuestros móviles en marcha, andamos juntos por las playas de Coogee, Gordon’s Bay, Clovelly, Bronte, Tamarama y finalizamos el paseo en Bondi Beach, donde mi acompañante se bañó en las piscinas naturales desde las que se divisa esta playa paradisiaca que, a partir de ahora, tristemente, quedará herida para siempre.

Tengo conocidos que son judíos australianos, concretamente de Sydney, con quienes recientemente estuve en Nueva York y con quienes comentamos la victoria del alcaldable musulmán Zohran Mamdani y la situación geopolítica. Poco podíamos imaginar que la celebración de la Janucá, la fiesta judía de las luces, se teñiría de rojo por el ataque de Bondi Beach.

Nuestro complejo universo no distingue a sus ciudadanos por su religión o raza, sino entre buenos y malos

A falta de que se conozcan más datos de los terroristas, sí se conoce la identidad del héroe que redujo a uno de ellos. Es Ahmed al Ahmed, de 43 años, propietario de una frutería, padre de dos hijos, inmigrante de origen sirio nacionalizado australiano. Tras despojar a uno de los terroristas de su rifle, recibió los disparos de la policía y ahora se encuentra hospitalizado. El primer ministro australiano, Anthony Albanese, así como el primer ministro de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, han elogiado su valentía.

Un sirio fue quien defendió a los judíos acorralados por el odio, lo que demuestra que nuestro complejo universo no distingue a sus ciudadanos ni por su religión, raza, procedencia u opiniones políticas, sino entre buenos y malos. Ahmed ha cerrado de golpe el debate sobre judíos y árabes para centrarlo en la maldad individual. Y esa es la luz que emerge de Bondi Beach.

Lee también

Defensa o Guerra

Albert Montagut
Horizontal

Desde otra perspectiva, resulta difícil comprender cómo la fiesta de la Janucá en Sydney no contó con protección. Si en Barcelona los Mossos garantizan la seguridad en la sinagoga de Sant Gervasi, ¿cómo es posible que la policía de Sydney no dispusiera de un dispositivo similar en ese lugar? Esta situación pone de relieve la importancia de anticiparse a los riesgos para proteger la vida de todos, sin ­distinciones.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...