Hay liderazgos que se miden por los resultados, y otros, más difíciles de cuantificar, que se reconocen por el legado que dejan. No solo en una organización, sino también en las personas y en la sociedad. El de Marian Puig pertenece claramente a ambas categorías.
Tras más de veinticinco años caminando juntos, su decisión de cerrar esta etapa como presidente del Consejo de Administración de ISDIN invita a detenerse y reflexionar. No tanto sobre cifras, que también, sino sobre lo que significa construir una compañía con alma científica, ambición global y un propósito claro: mejorar la vida de las personas a través del cuidado de la piel.
Marian Puig y Juan Naya.
Cuando Marian asumió este proyecto, ISDIN era una empresa líder en España, sólida, reconocida y con una identidad muy definida. Pero tenía también un sueño: convertirse en un referente internacional en el tratamiento de la piel. Bajo su liderazgo, ISDIN inició una transformación profunda que la ha llevado a estar presente hoy en más de 65 países, con el 70% de su negocio fuera de España y un equipo de 1.700 personas comprometidas con una misma manera de hacer las cosas.
Ese crecimiento no fue inmediato ni sencillo. Hubo decisiones valientes, momentos de incertidumbre y una travesía exigente que Marian siempre describía con una metáfora muy suya: el hockey stick. Primero hay que invertir, construir, creer… y los resultados llegarán. Llegaron.
Pero el verdadero legado de Marian va mucho más allá de la expansión internacional o del éxito del negocio. Está en la cultura que ayudó a construir. En su convicción profunda, aprendida de su familia, de que cuidar de las personas es una condición imprescindible para crear valor a largo plazo. En ISDIN, el bienestar del equipo nunca ha sido un complemento, sino una prioridad. Y eso se nota.
También se refleja en la forma en que ISDIN ha entendido su papel en la sociedad. Proyectos como Love Your Skin, orientado a la prevención y detección precoz del cáncer de piel, o Love Your Planet, centrado en la regeneración de mares y océanos, no son iniciativas accesorias. Son la expresión natural de una idea muy clara: las compañías que lideran deben hacerlo también desde la responsabilidad.
A partir de 2026, ISDIN inicia una nueva etapa con la responsabilidad, y el orgullo, de preservar y hacer crecer ese legado. Seguiremos avanzando hacia el objetivo que nos marcamos juntos: ser una marca internacional, respetada por dermatólogos y farmacéuticos, y querida por millones de personas en todo el mundo.
Gracias, Marian, por tu exigencia, por tu generosidad y por recordarnos, cada día, que cuando la ciencia y el propósito caminan juntos, no hay fronteras que no se puedan cruzar.
Como decimos en ISDIN: the best is yet to come!
