Hace más de cincuenta años que uso tarjetas de crédito y nunca he tenido ningún problema. Sin embargo, hace unos meses, el banco en el que tenía la tarjeta más activa me avisó de que esta desaparecía. Solicité que me la restablecieran, pero me la negaron porque ya tengo más de 75 años. Probé en otro banco y obtuve el mismo resultado.
Tengo tarjetas de otros bancos, pero sin las prestaciones que tenía esta, con beneficios en gasolineras y la posibilidad de obtener los extractos en Excel, lo que facilita desglosar las operaciones.
Los bancos hablan mucho de ayudar a los séniors, pero, a la hora de la verdad, nos discriminan.
M. Juana Hernández Gómez
Suscriptora Barcelona
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