La cercanía, a menudo, no nos deja ver la realidad. Putin convenció a Trump de no poner fin a la guerra de Ucrania. Ya lo escribió Eric Hobsbawm en su libro Historia del siglo XX : “La premisa de toda política es la preeminencia económica norteamericana”. “Estados Unidos es sospechoso de su falta de fiabilidad al ser capaz de poner sus intereses por encima de todo lo demás, incluidos los intereses de sus aliados”.
Putin quiere retener Ucrania a toda costa, al final el Donbass es una parte de un todo, al querer, incluso, deponer a Zelenski y poner un gobierno títere como en Bielorrusia.
La UE, tan dócil ella, considera esto una aberración. La historia dice que podría ser el principio de más conquistas. Por ello acuden a Trump, que tiene una oportunidad de oro para obligar a los europeos a comprarle armas, que solo se podrán utilizar si Trump lo permite. Todo se complica. Nos hará comprar gas y seguirá subiendo los aranceles. Hay que parar esto.
Lluis M. Gras
Barcelona