Al-inzál, el nuevo líder de Estados Unidos


Burladero del Lector.

El integrismo del siglo XXI es ahora económico, pero también ligado a una ideología al servicio del jeque

El Burladero' satírico regresa a 'La Vanguardia' en versión digital y de la mano de los lectores

Donald Trump ha pasado esta semana a ser conocido con su nuevo nombre, Al-inzál, el jeque del nuevo integrismo del siglo XXI, de raíz económica, pero con una ideología (trumpismo) enfocada a beneficiar a los más ricos y poderosos, al mismo tiempo que convencen a sus pobres seguidores (sus fieles) que deben sacrificarse por el ideario MAGA porque, así, contribuirán a hacer que su amado país, Estados Unidos, sea grande otra vez.

En el llamado “Día de la Liberación”, lenguaje que recuerda mucho al que utilizan los líderes islamistas más radicales, Donald Trump, alias Al-inzál, ha impuesto aranceles del 10% para todo quisqui, amigo o enemigo. En la UE suben al 20% y, para China, hasta el 34%. Al-inzál ha declarado así la yihad MAGA, una guerra comercial que puede tener consecuencias fatales porque acentúa el riesgo de que pueda derivar en otro tipo de conflictos de índole violenta. 

Esta fatua económica (aunque, en realidad, una muestra más de la religión MAGA) decretada por el ayatolá Al-inzál Trump desde el jardín de la Casa Blanca, considera a todo el mundo blasfemo más allá de los confines geográficos e ideológicos de los Estados Unidos de América. Tanto es así que incluso las islas de Heard y McDonald, en el océano Índico, habitadas solo por pingüinos y focas, han sido incluidas en las nuevas medidas arancelarias adoptadas por Al-inzál.

En general, parece que la historia ha dado pie a que haya un cierto consenso entre los economistas de que los aranceles son contraproducentes y que tienen un efecto negativo sobre el crecimiento económico y el bienestar. Pero, si miramos atrás, también encontraremos ejemplos de cómo se utilizan como arma y represalia, pero también para fortalecer a los poderosos (según el historiador económico Paul Bairoch, el avance tecnológico británico en el siglo XIX se logró “detrás de barreras arancelarias elevadas y duraderas”). ¿Qué pretende ahora Trump? Lo cierto es que en EE.UU. hay una larga tradición arancelaria. Ya en 1789, es decir, en su prehistoria como país, impusieron un impuesto a las importaciones.

La palabra “arancel” proviene del árabe andalusí al-inzál, que a su vez deriva del árabe clásico inzāl, que quiere decir “el alojamiento”. Originalmente, este término se refería a un impuesto que se cobraba a los ciudadanos para eximirlos de la obligación de hospedar a las tropas en sus hogares. Es así cómo va a funcionar el mundo que nos promete Trump. La libertad irá más unida que nunca al dinero. Es decir, nos tenemos que preparar para pagar por ser libres, por existir. La vida ya no es un derecho, sino más que nunca, un impuesto.  

Lee también Burladero del Lector. El Burladero del Lector se elabora con los contenidos aportados por los lectores de La Vanguardia. Si quieres participar con tus dibujos o fotografías relacionados con la actualidad, puedes escribir al correo [email protected]
Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...