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Nació en Mileto, en el siglo V a. C. Se trasladó a Elea, donde habría sido discípulo de Parménides y de Zenón de Elea. Alrededor de 440 o 430 a. C., Leucipo fundó una Escuela en Abdera, con la que su alumno Demócrito estaba estrechamente asociado. Otros indican que únicamente fue el mejor representante de la escuela.
No se poseen ninguna de las obras de Leucipo. No obstante, Aristóteles y Teofrasto le atribuyen explícitamente a Leucipo la invención del átomo. Se considera que Leucipo el primero en explicar que todas las cosas suceden debido a la “necesidad”, es decir, su naturaleza.
Leucipo fue el maestro de Demócrito y son considerados los fundadores del atomismo. Fueron los últimos grandes filósofos presocráticos. Su pensamiento se caracteriza por un determinismo mecanicista, donde todo sucede por necesidad y razón, sin intervención divina o un propósito final:
“Toda la realidad está compuesta por partículas indivisibles e invisibles llamadas átomos y por vacío, en el que estos átomos se mueven eternamente. Partículas diversas que no se creaban ni se destruían y que, al agruparse, construían toda la realidad”.
Son importantes sus aportaciones a la cosmología y a la ética. Pertenece a la misma escuela jónica de filosofía naturalista que Tales, Anaximandro y Anaxímenes. Su pensamiento nos llegó mediante los escritos de autores como Aristóteles, Simplicio, Sexto Empírico y Diógenes Laercio.
Manuscrito del siglo xiii, en griego, mostrando textos de Diógenes Laercio.
Fundación del atomismo
Se le atribuye la fundación del atomismo al poner “en tela de juicio” la suposición aparentemente natural que afirma que cualquier trozo de materia, por muy pequeño que sea, siempre puede dividirse en otros trozos aún más pequeños.
Propuso que todo “lo que es” en el mundo, estaba compuesto de entidades indivisibles llamadas átomos, las cuales se desplazan por el espacio vacío”. Se le ha atribuido las obras Megas Diakosmos y Peri Nou, aunque ninguna se ha conservado.
Leucipo es considerado por Diógenes Laercio y Aristóteles como el fundador del atomismo, quien postuló a los átomos como principio de las cosas.
Física
La realidad está formada tanto por un número de partículas infinitas, indivisibles, siempre en movimiento y de formas variadas; los átomos (“lo que no puede ser dividido”); como por un espacio vacío. “Existe tanto el ser como el no-ser”: el primero está representado por los átomos, pues «el ente, en sentido estricto, es absolutamente pleno»; y el segundo, por un espacio vacío o «poros» que «existe no menos que el ser», siendo imprescindible para que exista movimiento.
Leucipo creía que todas las cosas son ilimitadas y se transforman mutuamente. Este pensamiento retira de los dioses, los otros mundos se convierten así en una realidad perceptible y concreta.
Leucipo afirmó que los cuerpos se originaron a partir de otros elementos que ninguna parte del cuerpo podía ver, tocar o percibir; son tan delgados que no hay una cuchilla lo suficientemente delgada como para cortarlos y dividirlos; posteriormente, se les dio el nombre de átomo. Las diferencias entre las cosas pueden analizarse al final mediante una combinación de cualidades de los átomos que las forman. Su peso, su forma, su velocidad, su dirección, sus respectivas posiciones le dan a cada cosa su configuración característica.
Detalle del cuadro en que se ve a Demócrito (centro) y Protágoras (derecha), por Salvator Rosa.
El atomismo de Leucipo fue retomado y popularizado por su alumno Demócrito. Él y su alumno Demócrito reemplazaron las explicaciones sobrenaturales y teleológicas de los fenómenos con explicaciones mecanicistas naturales.
Leucipo afirmó que: “Nada procede del azar, sino de la razón y la necesidad.” Esta necesidad se identifica con el destino, marcado por las fuerzas de los átomos. Demócrito y especialmente Epicuro añadieron el elemento del azar. A las teorías físicas y cosmológicas originales, ésta le agregará en sí las consecuencias éticas que es aconsejable extraer de la física de Leucipo.
Cosmología
Según Leucipo, el universo es infinito y que de éste unas partes están compuestas de espacios llenos de cuerpos y otros vacíos. Los astros y mundos se originan por los átomos que caen en el vacío y éstos al chocar se van juntando o separando. Los cuerpos ya unidos, giran sobre su centro y van formando una membrana circular.
De esta manera, sostuvo que la Tierra tiene forma de tambor y gira sobre su centro. Los astros rotan en torno a ella por la fuerza de sus átomos. El Sol se encuentra en la circunferencia más alta, por debajo de la Luna, la cual es más pequeña y más cercana la Tierra. Con esto se explican los eclipses de Sol y Luna. La tierra además está inclinada, explicando las regiones árticas.
La cosmología de Descartes se basó en las doctrina de Leucipo según Pierre Bayle y Pierre Daniel Huet.
El filósofo René Descartes.
Ética
Esta física materialista conduce a un cierto tipo de ética. Por lo tanto, los dioses ya no pueden existir, excepto en una forma material, no ejercen la providencia. Esto pone al hombre frente a sí mismo, bajo su propio juicio y no el de una divinidad.
Hedonismo y eudemonismo en Leucipo
Se puede decir que el término felicidad es equivalente a placer. Los enfoques hedónistas y eudemónistas son, por lo tanto, superpuestos.
- Hedonismo
Leucipo puede haber sido un hedonista ( corriente que establece el placer como fin último y fundamento de la existencia). El hedonismo es una doctrina filosófica que postula el placer como el bien supremo, siendo sus principales representantes los filósofos Aristipo de Cirene, fundador de la escuela cirenaica (un hedonismo centrado en el placer inmediato y sensible), y Epicuro de Samos, fundador de la escuela epicúrea (un hedonismo racional que busca la ausencia de dolor y la tranquilidad).
Aristipo de Cirene.
Posteriormente, el hedonismo influenció al utilitarismo de Jeremy Bentham y John Stuart Mill, quienes lo aplicaron al campo social al considerar que la moral debe buscar el mayor placer para el mayor número de personas.
- Eudemonismo
También en Leucipo se observan rasgos eudemoniatas que también están presentes en su discípulo Demócrito. La ética griega era eudemonista ( corriente ética que postula que el bien supremo y objetivo para el ser humano es la felicidad, alcanzable por el desarrollo de las las virtudes y capacidades humanas).
Busto del filósofo griego
Los principales representantes del eudemonismo Aristóteles y Sócrates, quienes consideraban que la felicidad (eudaimonía) es el fin último de la vida humana y se alcanza a través de la virtud y la razón. También se incluyen a Platón y Demócrito dentro de esta corriente ética.
Aristóteles es el filósofo más emblemático del eudemonismo, al que consideraba el bien supremo y el propósito de la existencia humana. Para él, la felicidad se logra realizando de forma plena y excelente la esencia del ser humano, que es la actividad racional.
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