“Cada pesebre guarda una historia familiar que se transmite entre generaciones”
Luiggi Sarrias
Su colección de más de 500 pesebres, reunidos a lo largo de las décadas, de viajes y una gran parte heredada de su abuelo, es mucho más que un conjunto de piezas: es toda una memoria viva que se renueva cada año
* El autor forma parte de la comunidad de lectores de Guyana Guardian
Hablar con Luiggi Sarrias Martíes es asomarse a un universo hecho de miniaturas, tradición familiar y emoción navideña. Su colección de más de 500 pesebres, reunidos a lo largo de décadas, viajes y una gran parte heredada de su abuelo, es mucho más que un conjunto de piezas: es una memoria viva que se renueva cada año.
Desde los pesebres más humildes hasta creaciones contemporáneas hechas con inteligencia artificial o impresoras 3D, su manera de entender este arte combina respeto por la tradición, curiosidad por lo insólito y una sensibilidad profunda por las historias que cada escena contiene. En sus manos, el pesebrismo se convierte en un relato íntimo, transmitido de padres a hijos y abierto siempre a nuevas formas de expresión.
Hoy, para la Red de Lectores de Guyana Guardian queremos ir más allá de la simple contemplación. Vamos a conversar con Luiggi Sarrias para que nos abra las puertas de este universo secreto y nos desvele las historias, los recuerdos y la magia que se esconde detrás de cada uno de sus belenes. Porque en cada pieza hay un viaje, una tradición una historia o una emoción que merece ser contada, y nadie mejor que su guardián para guiarnos por este paisaje de pequeñas maravillas.
¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de un pesebre y qué fue lo que le fascinó de aquella pequeña escena?
En casa siempre se hacían pesebres y era tradición ir con mi padre al Mercat de Santa Llúcia a buscar alguna pieza, musgo, etc y desayunar en la calle Petrixol. Yo mantengo esa tradición. Los pesebres siempre han sido mi manera de revivir cada año la magia más íntima de la Navidad. Recuerdo un año que mi padre se animó, e hizo unas montañas con tela de sacos y yeso… Después me encargué yo de hacer los pesebres de casa y siempre trataba de innovar. Recuerdo un año que debajo del pesebre puse una pista de Scalextric y monté a los Reyes sobre un coche, de manera que cuando se encendía la luz, los reyes giraban por todo el pesebre y sonaba música de villancicos.
¿De dónde viene la afición a coleccionar pesebres?
Es una herencia de mi abuelo, como también lo es una parte importante de la colección. Mi abuelo cada año exponía en su casa los pesebres nuevos que iba adquiriendo durante ese año y nos los enseñaba y explicaba con auténtica pasión y devoción. Cada pesebre guarda una historia familiar que se transmite de generación en generación.
¿Recuerda el momento exacto en que pensó que esto ya no era solo una afición, sino una pasión?
Cuando empiezas a buscar curiosidades de los pesebres, historias que los representan, a contactar con otros coleccionistas e intercambiar información. Ahí ya entiendes que es algo más que un simple hobby.
Los pesebres siempre han sido mi manera de revivir cada año la magia más íntima de la Navidad
Con más de 500 pesebres, ¿cómo gestiona emocionalmente una colección tan amplia?
El pesebre es la antesala de la Navidad. Y a mí la Navidad siempre me ha gustado mucho. Al final, un pesebre es la representación del nacimiento de Jesús. Todos tenemos muchas fotos del nacimiento de nuestros hijos, ¿no es igual o más importantes tener muchas imágenes o escenas del nacimiento de Jesús? Cada pieza es una forma distinta de narrar el mismo milagro, y eso me conmueve profundamente. Un buen pesebre emociona porque capta humanidad incluso en lo más pequeño.
Cuando viaja, ¿qué busca para saber si ese país tiene un belén singular?
Cuando viajo busco pesebres que me gusten y que representen la cultura de ese país. También es verdad que, con una colección tan extensa, tiendo a seleccionar con cuidado lo que compro. Al margen de los viajes, sobre todo me interesan pesebres diferentes o pesebres de autor.
Vitrina con una colección de pesebres milimétricos que revelan la destreza de numerosos artesanos, procedentes de distintos países. Cada uno tiene su propio estilo, materiales y colores: hay piezas de madera, barro, cerámica, vidrio, tejidos y otros materiales artesanales.
¿Qué quieres decir con pesebres diferentes?
Este año, por ejemplo, he incorporado a la colección un pesebre hecho por IA e impreso en una impresora 3D, que me regaló mi prima. También me han regalado un pesebre hecho con tapones de cocho y otro con miel de Lanzarote. He añadido también un pesebre de jardín, uno que es un pastillero, un rompecabezas o un calendario de adviento que cada día es una figura a construir, regalo de mi madre y hermana…
¿Ha perseguido algún belén durante años hasta conseguirlo?
He perseguido alguna figura concreta del pesebre de Harald Kastlunger, un pesebre que me gusta especialmente por su humanidad y alegría. También este año he añadido a la colección uno de Alessi y el de Pilarín Bayés, que son extraordinarios.
Un buen pesebre emociona porque capta humanidad incluso en lo más pequeño
Posee belenes muy antiguos, pero también muy humildes. ¿Qué le enseñan las piezas más sencillas?
Al final las preferencias van por gustos. A mucha gente le encantan los pesebres polacos hechos de aluminio, de Cracovia y sin embargo no son de mis favoritos, aunque reconozco su espectacularidad. Me gustan mucho los que representan un San José cercano, que no está con el bastón o la lumbre, si no jugando con el niño o con una red de pescar, etc (difíciles de encontrar). Y también me gustan mucho los pesebres alegres, en los que el niño Jesús muestra una sonrisa.
Luiggi Sarrias delante del ordenador realizando un trabajo meticuloso.
¿Cómo organiza la colección para no perderse entre tantos estilos y materiales?
Están numerados y guardados en cajas. Además, hay un archivo fotográfico de cada pieza y un documento de excel donde se puede saber el año de adquisición del pesebre, las piezas, el tamaño, las características o curiosidades, el país, precio, autor y lugar de compra.
¿Cuál es el material más inesperado que ha visto en un belén?
Este año mi hija me trajo uno de Kenia hecho en una calabaza con hojas de plátano secas. Pero hay muy curiosos: en una nuez, en una cápsula de café, en cajas de cerillas, hechos de tela, de cera, de cristal, de plata, etc
“Cada pieza es una forma distinta de narrar el mismo milagro, y eso me conmueve profundamente
A lo largo de tantos años coleccionando belenes, ¿podría compartir alguna anécdota especialmente significativa o emotiva que haya vivido?
A parte de los que he adquirido ese año, suelo exponer en casa unos 150 cada año. Los pongo del 1 de noviembre hasta bien pasada la Candelaria, en febrero. ¡Tengo pesebres en casa casi 4 meses! Durante el año voy revisando el catálogo de fotos y voy seleccionando qué pesebres enseñaré ese año.
¿Cómo imagina el futuro de su colección?
Digamos que en casa la pasión pesebrística no es muy recíproca… pero sí muy respetada. Ya se verá. Algún año también me gustaría hacer algún tipo de exposición, pero para ello se ha de garantizar la seguridad de las piezas y eso no siempre es fácil. Aunque nunca se sabe, a lo mejor la pasión de alguno de mis hijos por los pesebres surge a lo largo de los años.
Una parte de los más de 500 belenes que Luiggi Sarrias conserva en un espacio de su casa, que en Navidad se convierte en una exposición permanente de pesebres.
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