Catalunya es la excusa

Al PP no le ha venido nada mal el acuerdo entre PSOE y Junts por el plan de choque sobre los aranceles. Para el Partido Popular era difícil posicionarse en contra del proyecto del Gobierno en el contexto actual y cuando se habían incorporado alguna de sus propuestas. Así que cuando el Ejecutivo pactó con los independentistas que el 25% de las ayudas se destinaran a Catalunya encontraron la excusa perfecta para salirse de la ecuación. El reparto de las subvenciones se hará en función del peso de las exportaciones en las diferentes comunidades autónomas y este ha sido el detonante que utiliza el PP para acusar a Sánchez de pactar al cupo arancelario con el separatismo a espaldas del líder de la oposición y del resto de autonomías. Catalunya, una vez más, es la excusa y el punto de conflicto que lleva a la ruptura del Estado.

Pleno en el Senado

Míram Nogueras y Alberto Núñez Feijóo, en el Senado 

Dani Duch

Como si ellos en estos últimos meses no hubieran votado junto a los posconvergentes políticas que los dos partidos denominan de derechas o que son más afines con su ideario económico. Solo por hacer un pequeño resumen de las votaciones en las que han coincidido en los últimos meses: En diciembre, se aliaron para derogar el impuesto a las energéticas y suspender el impuesto sobre el valor de la producción eléctrica. En enero, junto a Vox, tumbaron la ley con el alza de las pensiones, las subvenciones al transporte e incluso las ayudas a los afectados por la dana y más recientemente también dejaron caer la Agencia Estatal de Salud Pública. Por no hablar de la reforma de la ley de Extranjería o la senda de déficit.

El PP ha visto una nueva oportunidad en acusar al PSOE de estar entregado a Junts

De poco le han servido al Gobierno los gestos de estos días como el de aplazar el pleno en la Cámara Baja de finales de abril para que los diputados populares puedan acudir al congreso del Partido Popular Europeo que se celebra en València o el ofrecimiento del ministro de Economía Carlos Cuerpo de celebrar una reunión de comunidades autónomas para abordar el plan de choque arancelario. Una cita que está en suspenso y a expensas de lo que digan los populares que dicen que han sido expulsados de las negociaciones de la crisis arancelaria.

La oferta de diálogo y mano tendida del PP al Ejecutivo ha sido efímera. Por unas horas pareció que los dos grandes partidos iban a poner fin a las tensiones y al enfrentamiento que llevan protagonizando desde el inicio de la legislatura. Sin embargo, al final el PP entre la disyuntiva de hacer política de partido de Estado y la posibilidad de erosionar al adversario, ha optado por lo segundo. Ha visto una nueva oportunidad en volver a acusar a los socialistas de estar entregados a los separatistas, cuando la decisión del Gobierno tiene su lógica porque la mayoría de las empresas exportadoras están en Catalunya. Está por ver si finalmente en los próximos días el PSOE consigue templar los ánimos y hacer realidad un acercamiento a los populares, muy necesario en el escenario político actual, que ahora mismo se antoja muy lejano.

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