El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, no tenía nada de relevancia en su teléfono ni correo electrónico sobre un posible delito de revelación de secretos por el que está siendo investigado.
Así lo ha señalado el juez del Tribunal Supremo que le investiga, Ángel Hurtado, tras analizar la información remitida por las autoridades irlandesas y estadounidenses, a quien había reclamado la información del teléfono del número 1 de la Fiscalía española.
El instructor había requerido a través de comisión rogatoria a Google y Whatsapp que remitiesen la información que constara en las conversaciones y correos electrónicos mantenidos por Álvaro García sobre una posible filtración de información relacionada con el novio de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid.
El juez ha acordado levantar el secreto respecto de las comunicaciones de García después de haber recibido el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. En éste se detalla que en la información aportada por Irlanda, en relación a los datos de Google, no se aporta ningún correo nuevo de interés para la presente causa, y respecto de la información remitida por Estados Unidos, en relación con los datos de Whatsapp, no existe ninguna información inédita de interés para la investigación.
En sus conclusiones, la Guardia Civil señala que sólo hay un correo electrónico en la cuenta de Gmail vinculada a García Ortiz sobre el asunto de González Amador, y que ya se conocía. Y sobre los whatsapp, indica que “no se han podido recuperar los mensajes vinculados a la cuenta” del número asociado al fiscal general.
Hurtado acordó librar estas comisiones rogatorias después de que la UCO concluyera en un informe que García Ortiz no guardaba en su teléfono ninguna conversación de mensajería instantánea ni correos electrónicos relacionados con Alberto González Amador. Desde Fiscalía se trasladó que la razón es que el fiscal general aplicó un protocolo de protección de datos por lo que borra de manera sistemática el contenido de su teléfono.
Hurtado pretendía recuperar la información vinculada a aplicaciones de mensajería instantánea instaladas en dos dispositivos móviles de García Ortiz, así como en una cuenta de correo electrónico.
El objetivo es averiguar si fue él quien filtró a la prensa una cadena de correos electrónicos entre el abogado de González Amador y el fiscal que le estaba investigando por fraude fiscal y en el que el primero propuso un pacto de conformidad para reconocer los delitos y pagar una multa a cambio de evitar el juicio.
En las comisiones rogatorias, el instructor solicitó los mensajes recibidos y/o enviados por los usuarios, indicando los detalles básicos asociados a estas comunicaciones (emisor, receptor, día, hora, etc.), las copias de seguridad de los chats y los archivos multimedia disponibles y asociados a los usuarios y el registro de las comunicaciones realizadas por los usuarios, incluyendo la fecha, hora, origen, destino y tipo de comunicación. A Google reclamó los datos almacenados en los diversos servicios y productos vinculados a la cuenta. El resultado de todo esto ha sido negativo.