En las filas del Partido Popular diversos sectores están poniendo en duda la estrategia que ha seguido la formación con respecto al debate sobre la oficialidad del catalán en la UE. Una línea de actuación que se pone en entredicho al entender que ha beneficiado al presidente Pedro Sánchez, y también porque se ha abordado con poco tacto el debate sobre la lengua catalana.
Por un lado, las fuentes populares consultadas señalan que el Gobierno de Pedro Sánchez estaba abocado al fracaso en su intento de que el Consejo de Asuntos Generales aprobase la oficialidad del catalán. No hacía falta así que el PP compareciese en este debate, especialmente sabiendo que los socialistas les iban a culpar del fracaso. El presidente, se indica, se iba a quemar solo ante una cuestión que tenía perdida de antemano en esta reunión. No es que estos sectores del PP crean la “versión del PSOE y de Junts” de que la dirección del partido “ha maniobrado” en las cancillerías para evitar la aprobación, pese a que se admitió públicamente que podían haber contactos. Pero no se ha evitado esta imagen, que le ha dado una baza a Sánchez, a Junts, y a su alianza en el Congreso de los Diputados, cuando estaba perdida.
El enfoque que se ha dado al debate sobre la lengua catalana también genera críticas. Fuentes del PP señalan que la formación defiende tanto el uso del castellano como el catalán, pero la defensa del primero, se recuerda, no debe de suponer, o parecerlo, un ataque al catalán. El argumento del PP para rechazar la oficialidad del catalán en Bruselas se ha basado principalmente en señalar que era fruto tan sólo del interés político de Sánchez para mantener el apoyo de Junts. Si bien es así, se indica que también se debería abordar el debate del catalán con tacto entendiendo que en Catalunya, y al margen de las pugnas políticas, hay un consenso social sobre la defensa de la lengua catalana, una lengua que no es de los nacionalistas. El catalán, se incide, no puede convertirse en rehén de una batalla política.
Al hilo de estas primeras reflexiones que empiezan a surgir, se plantea que sería conveniente un cambio en la línea argumental si el Gobierno vuelve a llevar el debate sobre la oficialidad del catalán al Consejo de Asuntos Generales de la UE. En un contexto en el que se recuerda que el PP de Galicia votó a favor del uso del gallego en el Parlamento Europeo, si el gasto se sufraga en Bruselas.
Tampoco han pasado desapercibidas los comentarios de Carles Puigdemont, cargando contra el PP tras el aplazamiento de la votación. Los populares no tienen ninguna intención de hablar de pactos a futuro, y se ve difícil que sea posible , pero es el ex presidente catalán el que se permite referirse a ello.
En la dirección del PP, como señaló el lunes Alberto Núñez Feijóo, se quiere subrayar que la oficialidad del catalán no ha sido aprobada por el rechazo de los países más importante de Europa, y se niegan las maniobras diplomáticas. Y se pone ahora el foco en la necesidad de fender en Catalunya “un bilingüismo cordial”, y restablecer la convivencia lingüística.