El goteo de cayucos que llegan a Canarias –desde las costas de Mauritania en su mayoría– ha bajado de ritmo en lo que llevamos de año, con respecto al 2024. Aunque las cifras siguen siendo muy elevadas (10.983 personas entraron irregularmente a España a través de las islas hasta el 31 de mayo), el último balance del Ministerio del Interior, publicado ayer, evidencia una especie de respiro en medio de una crisis humanitaria sin precedentes. Se trata del sexto mes consecutivo en el que descienden las entradas irregulares a través de las costas del archipiélago: 445 personas lo hicieron en mayo, frente a las 7.338 que lo hicieron en noviembre, el último pico de las estadísticas.
La primera mitad del año, a excepción de enero, suelen ser la temporada menos proclive a la navegación en la ruta atlántica por la mala climatología. Sobre el papel, el documento de Interior refleja que las llegadas a Canarias se han reducido este 2025 un 35% tras llegar 10.983 inmigrantes. La clave está en que son datos comparados con el 2024, el año en el que se rompieron todos los récords: 17.006 lo hicieron en ese mismo periodo. Sin embargo, en los cinco primeros meses del 2023 la cifra fue de 4.406 entradas irregulares. Este 2025 han desembarcado 177 cayucos, frente a los 259 que arribaron en el 2024.
Frente a la desaceleración que experimenta la ruta canaria, las llegadas a la Península y Baleares siguen aumentando levemente. El ministerio que dirige Fernando Grande-Marlaska sigue sin desglosar públicamente los datos entre las pateras que llegan a las islas mediterráneas y las que lo hacen a la Península. En su conjunto, las entradas irregulares crecieron un 8,7% con 4.020 embarcaciones, frente a las 3.697 en el 2024. No se trata de un incremento que haga encender ninguna alarma.
Los números de entradas irregulares por vía terrestre confirman, un mes más, que Marruecos sigue cumpliendo su compromiso de mantener un férreo control policial en torno a las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla. En lo que va de año, 762 migrantes accedieron a las ciudades autónomas, un 28% menos que el año anterior.
En Ceuta y Melilla, las llegadas por mar han sido mínimas desde que empezó el año: tres en el caso de Ceuta (11 en el 2024) y una en Melilla (igual que el año pasado).


