En el CIS del pasado mes de abril, Vox obtuvo una intención de voto del 16% para luego retroceder en mayo y junio hasta el 14%, que, por cierto, es más de lo que sacó en las elecciones del 23-J. En este CIS de julio, que se ha dado a conocer hace apenas unos día, se ha disparado hasta casi el 19% y probablemente el próximo mes de septiembre, pasado ya el momento en caliente de la situación, se acabe por estabilizar sobre el 16%, convirtiéndose en el gran vector del malestar. Unas cifras que le sitúan disputando los 60 escaños en frío.
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