La intensidad en la política vasca se ha disparado en las últimas semanas por una controversia que tiene algo de déjà vu y mucho de asignatura pendiente. Las dos principales formaciones vascas, el PNV y EH Bildu, se han enzarzado en un polarizado debate en torno a la Ertzaintza, con el telón de fondo de varias intervenciones policiales cuestionadas por la formación abertzale y alrededor de las cuales, según denuncian los jeltzales, se ha visto un clima de hostigamiento hacia los agentes.
El episodio más grave ha sido la aparición de pintadas amenazando de muerte al consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, en un frontón de su pueblo, Hernani. El alcalde del municipio, de Bildu, censuró los hechos, pero el PNV cuestiona la posición de la coalición “frente a esta deshumanización” de la Policía vasca y la “provocación” a la que se ven sometidos los agentes por parte de GKS, agrupación socialista surgida tras una ruptura en las juventudes de la izquierda abertzale.
Los nacionalistas se sienten seguros en este debate, problemático para una parte de la coalición abertzale
Los episodios que han originado este choque han sido muy diferentes: en Beasain, dos agentes fuera de servicio se vieron obligados a abandonar el recinto festivo tras ser increpados; en Hernani, un grupo de jóvenes de la localidad la emprendió contra efectivos de la Policía vasca cuando protegían a una persona de origen magrebí con la que habían tenido un incidente previo; en Azpeitia, alrededor de 40 personas asaltaron la comisaría de la Policía Local, robando esposas y walkies , tras el arresto de un joven que había sido sorprendido escribiendo en un contenedor el acrónimo ACAB ( All Cops Are Bastards ); en Vitoria-Gasteiz, cuatro personas fueron detenidas y se produjeron varios heridos, entre ellos siete agentes, tras los incidentes en una acampada organizada por GKS...
Fue tras los incidentes de la capital alavesa cuando Bildu emitió una nota denunciando que “con demasiada frecuencia” este cuerpo se aleja de los principios de “proporcionalidad, contención y prevención de daños mayores”. Antes, el Gobierno vasco había denunciado el “nulo apoyo” de la alcaldesa de Azpeitia, de Bildu, tras los altercados registrados en su municipio. Y en ese contexto se produjo el episodio de las pintadas amenazantes, con respecto al cual Bildu ha guardado distancia.
El PNV ha señalado a GKS por algunos de los incidentes, pero cuestiona también la ambivalencia de Bildu. De un lado, consideran que esta formación es incapaz de evitar la aquiescencia ante posiciones radicales que ponen en cuestión la mera existencia de la Ertzaintza, por más que se sitúen fuera de su espacio político, y vinculan esta postura con el pulso que libran con esos posicionamientos más radicales. De otro, ven que la aversión hacia la Policía vasca sigue presente en una parte de la militancia abertzale.
En buena medida subyace una asignatura pendiente. Bildu ha protagonizado en los últimos años un viaje posibilista que le ha permitido ensanchar con éxito su base electoral. Ha roto algunos diques, ha tendido puentes con el ámbito empresarial, ha elaborado propuestas de calado para los principales ámbitos estratégicos. y, en definitiva, se ha consolidado como alternativa institucional. Pero la cuestión de la Ertzaintza sigue siendo espinosa para algunas de las tradiciones que convergen en Bildu. Y esto comporta un problema en su objetivo de consolidarse como una alternativa amplia a la izquierda del PNV .
Bildu exige “una reforma en profundidad del modelo policial”, aunque no va mucho más allá de las críticas a actuaciones que ve desproporcionadas y de referencias a “recuperar los principios y valores democráticos sobre los que erigió la Ertzaintza Telesforo Monzón”, consejero jeltzale en la II República y, tras la dictadura, cofundador de Herri Batasuna.
El PNV, mientras, se siente seguro en este choque. En un contexto de creciente preocupación por la seguridad ciudadana, los jeltzales manejan datos que reflejan una valoración positiva de la sociedad vasca en torno al cuerpo, que el PNV ve como un pilar del autogobierno. Consideran que el debate retrata a Bildu y le despoja de ese ropaje institucional. De ahí que hayan entrado con tanta decisión en una disputa que cada vez parece incomodar más a la coalición independentista.
Una de las instituciones que aprueba
El último Deustobarómetro, elaborado sobre una muestra de 1.000 encuestas por la Universidad de Deusto de la mano de la empresa 40dB, refleja una confianza en la Ertzaintza de 5,4 puntos en una escala del 0 al 10, solo por detrás de la Universidad, las pequeñas empresas y Osakidetza, el servicio vasco de salud, y muy por delante de instituciones como sindicatos, medios de comunicación, partidos, la patronal o la Monarquía. La confianza es especialmente elevada entre los votantes del PNV, aunque más de la mitad de quienes votaron a Bildu le otorgan un 5 o más de confianza. Este estudio, además, refleja una especial preocupación por la inseguridad, consolidada en todas las encuestas entre las principales preocupaciones de los vascos. Esta tendencia es especialmente notoria en los grandes entornos urbanos: el 48,8% de los vecinos de Bilbao lo ha situado en un reciente estudio como el principal problema de la villa.