Un estudio pionero identifica los factores que propiciaron la radicalización de la célula del 17-A

Terrorismo 

La investigación liderada por los Mossos d’Esquadra y tres universidades españolas demuestra que los factores de riesgo, como la cohesión grupal y el autoritarismo, estaban mas consolidados que los factores de prevención, como los estudios secundarios y las amistades ajenas a la célula extremista

Horizontal

Una niña enciende una vela después del atentado en las Ramblas de Barcelona- FOTO ANA JIMENEZ

Propias

Una investigación recientemente publicada en la revista Behavioral Sciences of Terrorism and Political Aggressions ha permitido identificar los principales factores de riesgo y protección que intervinieron en la radicalización de los diez integrantes de la célula terrorista responsable de los atentados de Barcelona y Cambrils, perpetuados los días 17 y 18 de agosto de 2017. El estudio forma parte del ''projecte Camins'', coordinado por la Comisaría General de Información de los Mossos d'Esquadra, en colaboración con las universidades de Córdoba, Granada y Burgos.

Para la elaboración del proyecto, el equipo investigador accedió a una base documental excepcional de 200 declaraciones policiales, 50 entrevistas con familiares y personas del entorno, 123 evidencias tecnológicas, 25 pruebas físicas, 18 virtuales y otros informes complementarios. Toda esta información del ''caso Ramblas'' permitió analizar de forma sistemática la presencia o ausencia de 68 factores de riesgo y 26 de protección, organizados en cinco grandes dimensiones: sociodemográfica, experiencial/actitudinal, creencias subjetivas, criminógena y psicológica.

Factores de riesgo y protección que intervinieron en la radicalización

Los resultados muestran una realidad compleja, donde el proceso de radicalización no fue fruto de una causa única, sino de una interacción persistente entre factores personales, grupales y contextuales. El estudio constata que los elementos de riesgo no fueron solo más numerosos, sino que estaban fuertemente interrelacionados y ocupaban posiciones centrales en el entramado de relaciones del grupo. Esta estructura cohesionada favoreció la consolidación de creencias extremistas y la justificación de la violencia.

Entre los factores de riesgo más presentes destacan la cohesión grupal, la percepción de la amenaza a la identidad musulmana, el autoritarismo, la búsqueda obsesiva de significado personal y las actitudes segregacionistas. Los miembros del grupo compartían una fuerte identidad cerrada, nutrida por discursos que reforzaban la oposición entre Islam y Occidente y mostraban una alta predisposición al autosacrificio en nombre de una causa idealizada.

En contraste, los factores protectores identificados como el haber cursado estudios secundarios, disponer de amistades fuera del grupo o mantener vínculos sociales no radicalizados, se revelaron insuficientes. Aunque todos los miembros mantenían contactos con personas ajenas a la célula, el estudio advierte que estos lazos no ejercieron un efecto preventivo significativo. La investigación subraya que la simple existencia de relaciones externas no es suficiente si no van acompañadas de vínculos sólidos que proporcionen sentido, pertenencia y apoyo emocional frente a las influencias del grupo extremista.

Los elementos de riesgo no fueron solo más numerosos, sino que estaban fuertemente interrelacionados

Desde el punto de vista metodológico, el estudio incorpora un enfoque innovador al aplicar análisis de redes semánticas a la interacción entre los factores de riesgo y protección. Este procedimiento ha permitido visualizar cómo se organizan las conexiones internas del proceso de radicalización y qué factores ejercen mayor influencia en su consolidación. En este análisis los factores de riesgo estaban más conectados entre sí, mientras que los protectores quedaban relegados a posiciones periféricas, lo que confirma su menor capacidad estructural de contención.

Los hallazgos de este estudio refuerzan la necesidad de abordar la radicalización violenta desde un enfoque multifactorial y basado en evidencias. En Cataluña, los Mossos d'Esquadra impulsan desde el 2015 diversos planes de prevención (#PREV) que implican a la comunidad educativa, los servicios sociales, el ámbito religioso y la justicia juvenil, entre otros. Este trabajo ofrece herramientas para afinar esas políticas y anticiparse con mayor precisión a posibles procesos de radicalización.

Los autores han afirmado que la investigación se ha desarrollado bajo criterios ésticos rigurosos y fue codificada de forma anónima, evitando cualquier sesgo en el tratamiento de los datos. La coordinación ha corrido a cargo de la Unidad Central de Prevención de los Extremismos Violentos de los Mossos d'Esquadra, con la participación de especialistas en psicología forense y social.

El projecte Camins consolida así una línea de trabajo que vincula la investigación científica con la práctica policial y comunitaria, y sitúa a Cataluña como un referente europeo en la prevención del extremismo violento desde una perspectiva empírica, transversal y no estigmatizante.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...