El rechazo al veto a los ritos religiosos pactado en Jumilla por PP y Vox une al Gobierno y la Iglesia

El escenario político

Génova, pese a la postura de la Conferencia Episcopal, no echa el freno a la medida

La comunidad judía en España se suma al reproche a la decisión del gobierno de la localidad murciana

El rechazo al veto a los ritos religiosos pactado en Jumilla por PP y Vox une al Gobierno y la Iglesia
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Vox Jumilla: "Cada espacio es para lo que es, y si quiero rezar voy a la iglesia"

La Conferencia Episcopal enmendó ayer la plana al Partido Popular a cuenta de la moción aprobada en Jumilla (Murcia), que veta las celebraciones musulmanas en las instalaciones deportivas del municipio de 27.000 habitantes –unos 4.000 de ellos inmigrantes empadronados–. Los obispos, que cuentan con una enorme influencia en el principal partido de la oposición, se posicionaron al lado de la comunidad islámica –como también hizo el Gobierno central– para advertir a los populares que hacer este tipo de restricciones por motivos religiosos es “una discriminación que no puede darse en sociedades democráticas”.

JUMILLA, (MURCIA), 07/08/2025.- Una mujer de origen marroquí camina con el carrito de su bebé, este jueves por una calle de Jumilla. La decisión del Ayuntamiento de Jumilla, un pueblo del sureste español gobernado por la derecha y donde residen miles de inmigrantes, de prohibir actos religiosos en espacios municipales donde se celebraban ceremonias islámicas como el fin del Ramadán, ha desatado indignación e incertidumbre entre la comunidad musulmana semanas después de los incidentes racistas registrados en una localidad próxima. . EFE/Marcial Guillén

Una mujer de origen magrebí pasea con el carrito de su bebé por una calle de Jumilla

Marcial Guillen / EFE

Los prelados dicen que el veto por motivos religiosos “no puede darse en sociedades democráticas”

Desde Génova 13, lejos de echar el freno se reafirmaron en su respaldo a la enmienda aprobada la semana pasada escudándose en que el texto no se refiere textualmente ni al islam ni a los musulmanes.

El Partido Popular se enroca en la literalidad de la moción para rechazar que se le tilde de partido xenófobo

Cuando el Partido Popular se mueve sobre el reto migratorio –más aún cuando Vox condiciona la gobernabilidad– el terreno se suele volver pantanoso. Lo ha demostrado estos últimos meses con su férrea oposición al reparto de menores procedentes de Canarias –pese a que forman parte del gobierno autonómico– o su negativa a la regularización masiva de inmigrantes que planea el Gobierno –a la que también es favorable la Conferencia Episcopal–. Ahora, el debate abierto a raíz del veto a los ritos islámicos en espacios públicos de Jumilla ha vuelto a demostrar que este asunto acarrea a los conservadores grandes quebraderos de cabeza; a diferencia de Vox, donde están convencidos de que enarbolar la bandera islamófoba tiene premio electoral.

El Gobierno no ve inconstitucionalidad en el texto porque no prohíbe un acto religioso concreto

Fuentes próximas a la cúpula del Partido Popular reconocen la incomodidad que les genera esta polémica veraniega. A micrófono cerrado admiten que la postura de ayer de la Conferencia Episcopal –que tuvo que recordar que “las manifestaciones religiosas públicas, entendidas como libertad de culto, están amparadas por el derecho a la libertad religiosa, un derecho humano fundamental protegido por la Constitución”– les abre un frente en el que van a tener que lidiar con sus contradicciones. A micrófono abierto, la postura fue de respaldo total a la iniciativa que facilitó la aprobación de los presupuestos de la localidad. “Somos el partido de la libertad; el partido constitucionalista”, defendió el su vicesecretario de Educación e Igualdad, Jaime de los Santos.

Migraciones vigilará “muy de cerca” los discursos de odio derivados de la moción

Desde el Partido Popular argumentan que modificaron la iniciativa original de Vox –que prohibía expresamente la celebración del Eid al-Fitr, que marca el final del Ramadán, y el Eid al-Adha, también conocida como Fiesta del Cordero, al no ser constitucional. Esas referencias, efectivamente, desaparecieron, pero en el título de la moción queda negro sobre blanco que la intención es defender las “costumbres del pueblo español frente a las prácticas culturales foráneas”. La alcaldesa de Jumilla, Seve González, insistió ayer en que solo se autorizó una modificación de la ordenanza reguladora de las instalaciones deportivas, “sin vetos ni prohibición a nadie por su origen religioso”. Se da la circunstancia de que en ellas han tenido lugar las últimas celebraciones musulmanas.

En el Gobierno admiten que la moción –aunque es fruto de “la deriva extremista de PP VOX”, en palabras del ministro Félix Bolaños– no tiene visos de inconstitucionalidad debido a que la redacción no prohíbe un acto religioso en concreto, sino todos.

Por su parte, el Ministerio de Migraciones avisó de que vigilará “muy de cerca” los discursos de odio que se generen a raíz de la controversia.

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