El líder de Junts, Carles Puigdemont, ha recibido este lunes en Waterloo a una delegación de alcaldes de su partido encabezada por el de Sant Cugat del Vallès, Josep Maria Vallès, que preside la mesa municipalista de JxCat, el órgano interno que aborda las políticas de ámbito local. También estaban presentes en el encuentro el secretario general de la formación, Jordi Turull, así como el encargado de política municipal en la dirección posconvergente, Joan Ramon Casals.
La cita ha sido por la tarde y estaba prevista desde hace semanas puesto que precede a una convención municipalista que celebrará la formación el sábado que viene en Barcelona. De todos modos, en el encuentro estaban también algunos de los alcaldes que alzaron la voz hace unas semanas por considerar que el discurso de su partido no conecta con los problemas de la ciudadanía en asuntos como la inseguridad, las ocupaciones, la vivienda o la inmigración y que están preocupados por el avance de Aliança Catalana en el interior de Catalunya. Se trata de Albert Castells (Vic) y Òscar Fernández (Cabrera de Mar), que junto a otros dirigentes locales ya abordaron estos asuntos con Turull en Manresa.
Ante esas quejas, desde la dirección esgrimen iniciativas concretas que el partido registró en el Congreso y que llevan meses varadas, como la propuesta de cambios legales en asuntos como la multirreincidencia o las ocupaciones delincuenciales. En un comunicado emitido por JxCat, se señala que en esa cita los alcaldes han expresado “su preocupación por el bloqueo del PSOE” a esas iniciativas legislativas y reclaman “que se aprueben con celeridad”.
Otra de las cuestiones sobre las que se quejan los ediles, según el comunicado, es por la política fiscal tanto del Gobierno central como del Govern de la Generalitat que, según denuncian, “están empobreciendo a las clases medias” o de la falta de financiación para el ámbito local.
Además, también han acudido al encuentro la primera edil de Maçanet, Natàlia Figueras, el de Sant Climent de Llobregat, Isidre Sierra, que forma parte de la dirección de Junts, así como Xavier Lluch (Font-Rubí). Todos ellos, igual que Castells y Fernàndez, tienen responsabilidades en el órgano municipal del partido, que en su última reunión, a primeros de octubre, trató, entre otras, cuestiones como la gestión de la matrícula viva en los centros educativos –la posibilidad de matricular a los recién llegados a mitad de curso–, la promoción y la protección del catalán en el ámbito municipal o las ordenanzas referentes a la apertura de nuevos comercios.
Con todo, en las horas previas al encuentro, el líder del partido y expresident clausuró por videoconferencia las primeras jornadas de formación para cuadros de JxCat que organizó su nuevo think tank y aludió a estos asuntos. Así pues, pidió “no sucumbir a modas”, que la formación sea “reconocible en debates complejos” y que se afronten los problemas “con rigor, sin esconderse ni buscar efectos especiales”, una alusión a Aliança Catalana y a las políticas que impulsan los de Sílvia Orriols.
“Los péndulos van y vienen. Y en los últimos tiempos, fruto de la globalización y la revolución de las tecnologías de la información, estos péndulos se mueven a una velocidad muy rápida y con movimientos muy drásticos”, afirmó Puigdemont, que quiere que el discurso que traba su formación sea “resista el paso del tiempo” y, por tanto, con “mirada larga”. “Debemos ser reconocibles, cuando el péndulo está aquí y cuando el péndulo está allá. Nuestro discurso debe resistir el paso del tiempo porque la coherencia, la solidez, la razón, puede no ser compartida en términos ideológicos, pero puede ser entendida y respetada. Este es un fundamento que no podemos perder de vista”, remató.
Un mensaje que se añade al que acuñó el expresident en la campaña electoral del 2024 y al que recurre el partido ahora de forma habitual: “Los problemas complejos no tienen soluciones fáciles”.


