“Son oficinas reconvertidas, un oasis en medio de la ciudad, en un momento en que falta vivienda”, expone Jayro Rodríguez, el agente inmobiliario cubano que tiene el encargo de vender los 19 pisos construidos en la antigua sede de Convergència con su propia agencia, JRE Global Properties. De todos modos, no son oficinas reconvertidas en vivienda asequible, sino en pisos de alto standing que valen entre 1,12 millones de euros –los más pequeños– y 12 millones –el ático dúplex de 500 m2, con cinco terrazas, piscina y una vista panorámica de toda Barcelona–. Alguien ya ha escrito “Pijos” en la entrada.
El edificio, situado en la calle Còrsega 333, a caballo de Gràcia y el Eixample, a tiro de piedra del paseo de Gràcia y por encima de la Diagonal, es propiedad de Platinum Estates, un grupo inversor hongkonés que adquirió en abril del 2015 el inmueble que pertenecía al partido que ostentó el poder en Catalunya en solitario durante 23 años de forma ininterrumpida. En la cabeza de algunos ya figuraba la idea de refundar el partido por los casos de corrupción.
La antigua sede de Convergència, reconvertida en pisos de lujo, abre hoy sus puertas a compradores
La organización de Pujol había comprado el edificio a Enher en 1998 por 625 millones de pesetas, en una operación no exenta de polémica ya que se consideró que se pagó un precio por debajo de mercado. La venta se produjo cuando llegaron las vacas flacas y había que reducir el gasto, tras los años de la austeridad... y la corrupción. Antes se había depositado el edificio de siete plantas como aval en el caso Palau, una causa en la que se condenó al partido como responsable a título lucrativo y provocó el embargo de 22 sedes que poseía. Hoy, en política, la moda ya no es comprar, sino alquilar.
En cualquier caso, diez años después, la reforma de la finca ya está lista, pero los nuevos propietarios podrán decidir los acabados. Qué menos con esos precios. Y de momento se ha vendido solo el local de la planta baja, que tendrá un restaurante japonés.
Una trabajadora de la empresa que comercializa los pisos, ayer el antiguo despacho de los expresidentes
Para celebrarlo, hoy habrá una suerte de inauguración, con DJ y un ágape, para los que ya han hecho la reserva –cinco pisos–, los que han mostrado interés, agentes inmobiliarios de la ciudad, posibles clientes, abogados y personas que han participado en la reconversión del edificio, que ahora tiene todo al mismo nivel. Antes había dos alturas por planta.
“En Barcelona no se puede vender sobre plano, el comprador es más racional”, explica Jayro, que ha pasado por otras ciudades antes de instalarse en la capital catalana y cuenta con vender pisos tanto a catalanes como a expats . Ya se encargó de la venta de Mandarin Oriental Residences. “En Madrid o Marbella ya se habría vendido todo”, agrega.
El patio del quinto primera en Córsega 333, donde estaba la antigua sede de Convergència
“Es una zona muy dinámica, pero dentro estás tranquilo”, prosigue el agente mientras nos conduce a su base de operaciones, el quinto primera, donde estaba ubicado el antiguo despacho de los expresidentes Jordi Pujol y Artur Mas. “Le hemos robado la finca a Pujol”, bromea. Son 166 m2con terraza y una piscina a la que se accede por el comedor a razón de 4,5 millones de euros; vistas al Tibidabo, al paseo de Gràcia y a la modernista Casa Comalat, que está justo delante.
A pie de calle, en la planta baja, hay un pequeño patio comunitario con un jardín vertical y un mosaico modernista de estilo trencadís que se puede ver desde el exterior del edificio. Ahí mismo se ha habilitado un espacio de coworking para los propietarios, y también cuentan con un gimnasio privado, una sauna finlandesa o una piscina cubierta comunitaria, que se suma a las tres que hay en las terrazas particulares.
Aunque el arquitecto del proyecto, Javier García, de Agas, es de Toledo, asegura que se ha inspirado en el modernismo de Domènech i Montaner. Destaca sobre todo la fachada, con un estucado artesano obra de Oriol Garcia. “El edificio estaba de espaldas a la ciudad, era muy interior”, detalla. “Lo que hemos hecho es recuperar el espíritu catalán, viviendas alegres muy abiertas que conversen con la ciudad”, concluye. La senyera gigante que colgaba en la sede ya es pasado.
El agente inmobiliario Jayro Rodríguez en el patio interior del edificio, a pie de calle