El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol ha abandonado este viernes la Clínica Sagrada Familia de Barcelona, donde permanecía ingresado por una neumonía desde el pasado domingo, y continuará con el tratamiento en su domicilio.
El estado de salud de Pujol, de 95 años y con patologías de base que obligan a actuar con prudencia, según el equipo médico que le ha atendido, ha evolucionado favorablemente en los últimos días y estaba previsto que pudiera recibir el alta este mismo viernes, unas predicciones que se han cumplido en torno a las 12:00 horas, cuando ha salido en coche de la clínica.
El expresidente catalán está a las puertas de afrontar el juicio por su fortuna oculta, que comenzará el próximo lunes 24, si bien los médicos forenses que le han examinado han concluido que sufre un “deterioro cognitivo moderado”, por lo que no está “en condiciones físicas ni cognitivas para comparecer en un juicio” ni dispone de “capacidad procesal” para defenderse.
Aun así, la Audiencia Nacional decidió que Pujol siguiera el proceso judicial a través de videoconferencia pero su defensa pidió este jueves el sobreseimiento de la causa por la que está citado. En un escrito de contestación a la decisión del tribunal de citarlo por videoconferencia para un análisis previo al inicio de las sesiones, el equipo legal del expresident aduce las motivaciones médicas presentadas por los forenses el pasado día 10, en las que Pujol “no está en condiciones físicas ni cognitivas” para comparecer en el juicio, “ni dispone de la capacidad procesal necesaria para poder defenderse de manera autosuficiente”.
La Fiscalía pide una condena de nueve años de cárcel para el expresident, al que acusa de integrar, junto a su esposa, Marta Ferrusola, ya fallecida, y sus siete hijos, una trama para enriquecerse con comisiones de empresarios a cambio de adjudicaciones, hasta amasar una fortuna que ocultaron en Andorra durante décadas.

