A pesar de lo que pueda parecer y, una vez más, desafiando las expectativas, Pedro Sánchez todavía tiene la posibilidad de cambiar el rumbo de la extrema debilidad y la considerable degradación que afecta a su iniciativa política. Actualmente, está experimentando las consecuencias negativas de la ley de causa y efecto, pero esa frase con la que la sabiduría popular encapsula la idea de karma también nos trae a la memoria que una acción acertada, si se emprende en el momento oportuno, puede generar resultados favorables. La dificultad reside en que el tiempo escasea. Cada minuto que se pierde equivale a una semana de mandato que se esfuma. El dirigente socialista tiene la capacidad de convocar elecciones, es cierto. Sin embargo, la percepción de derrota entre sus partidarios y entre una porción significativa de sus posibles electores es tan palpable que solo podrá mantenerse en el poder, mediante un mensaje constructivo y la habilidad de generar transformaciones a través de la acción política, si quiere seguir adelante sin dar la impresión de ser un político acabado.
The moral superiority speeches are no longer sufficient, which, for instance, concerning feminism and corruption, have been weakened by demonstrating that, at the very least, Sánchez hasn't managed to surround himself with the right people to practice them coherently and with facts.
El mandatario debería cesar de solicitar respaldo y comenzar a retribuirlo.
Si en su momento un Jordi Pujol ya retirado admitía que “aún podía estropear su biografía”, y esto se confirmó con la declaración sobre la “ deixa de l’avi Florenci ” (una especie de retribución que devolvía aquello que durante años se le criticó como prédica moral), un Sánchez afectado de manera similar, aunque principalmente por la administración de su grupo, todavía tiene espacio. Se encuentra en el gobierno y, por consiguiente, tiene la posibilidad de lograr un cambio radical en los sucesos.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ayer en el Palacio de La Moncloa.
Sin embargo, ese cambio no surgirá de una artimaña. “Hechos, no palabras”. Constituye el único camino para hallar el respaldo legislativo indispensable. Satisfacer a sus aliados de investidura. Genuinamente. Con Junts, cumpliendo las promesas hechas y abriendo de forma sincera una financiación equitativa para Catalunya. Su actual alejamiento no es meramente estratégico: representa la respuesta natural a un presidente visto como alguien que ofrece más de lo que materializa. Si Sánchez desea modificar esa percepción desfavorable, necesita actuar ahora, de manera constructiva, con acciones demostrables. Debe afrontar repercusiones políticas inmediatas para afianzar su credibilidad. Debe cesar de solicitar confianza y comenzar a otorgarla.
Por su parte, Junts y ERC, si no saben capitalizar esta coyuntura, y en particular los de Junqueras, al desprenderse de cargas internas, retenidos emocional y estratégicamente por la dinámica madrileña, continuarán experimentando las consecuencias de sus acciones. Hace tiempo que el movimiento independentista solo cosecha decepciones y, a pesar de que la aritmética les otorga relevancia en el Congreso y el Parlament, no tienen potestad para convocar comicios y forzar un reset .
La repercusión política no se basa en narrativas, sino en la consistencia. Sánchez todavía tiene la oportunidad de modificar su futuro si acepta sacrificios ahora para recobrar confianza después. De otra manera, al igual que Ícaro, su caída no será por carecer de medios, sino por no haber prestado atención a tiempo que el material que los sujetaba ya se estaba deshaciendo.