Un vuelo con destino a Lanzarote el pasado 24 de diciembre se vio interrumpido por el comportamiento incívico de un grupo de pasajeros que generaron caos a bordo de un avión de la aerolínea TUI que salió desde Londres.
Su valentía fue muy aplaudida por el resto del pasaje
Una situación insostenible que solucionó de manera efectiva la azafata
“Sus hijos corrían por el pasillo, los adultos gritaban entre ellos y a los niños. Todo el mundo los miraba porque era imposible relajarse”, explicó una pasajera al Daily Mail, que añadió que la situación empeoró cuando el grupo comenzó a insultar a su familia con comentarios racistas.
“Nos decían: 'Váyanse a su casa, a su país', y usaban palabras ofensivas”, aseguró la pasajera, de origen británico-iraní. Según su relato, las amenazas llegaron a ser físicas. “Me decían que me iban a golpear y romperme las gafas. Además, golpeaban constantemente nuestros asientos”, detalló.
El punto de inflexión llegó cuando la familia cambió al idioma farsi. “Normalmente hablamos en inglés, pero al cambiar empezaron a ser aún más groseros. Nos maldecían y nos pedían que volviéramos a nuestro país”, señaló.
Pese a los intentos iniciales de los auxiliares de vuelo para calmar a los responsables, la actitud agresiva no cesó. En ese momento, una azafata tomó cartas en el asunto y se dirigió al grupo con firmeza: “Este es un vuelo familiar. Si escucho un comentario más de alguien, llamaré a los pilotos y ellos llamarán a la Policía. Ya he tenido suficiente”, exclamó.
La intervención de la auxiliar fue muy aplaudida por parte del resto de los pasajeros, que valoraron su valentía y su manera de solucionar ese problema.