Lo que parecía una tranquila jornada de playa acabó en pánico, gritos y una decena de personas heridas. Fue en Mazagón (Huelva), poco después de las cinco y media de la tarde, cuando el paso de un buque metanero de más de 60.000 toneladas cerca de la costa provocó un fuerte oleaje que arrastró a los bañistas contra las rocas. Algunos apenas pudieron reaccionar.
“Ha venido una ola de lado, me ha tirado al suelo y no podía ver nada. Tenía la tabla conmigo y se me golpeó con el pie, que me lo encerró”, explicó Rocío Mojeda en directo en Y ahora Sonsoles, aún hospitalizada y con la pierna inmovilizada: “Tengo el pie roto. Estoy esperando que me operen. Se me ha roto la planta del pie”.
Una ola inesperada, una playa en shock
El paso de un buque metanero frente a la costa provocó una corriente repentina que arrastró a varios bañistas contra las rocas
Según testigos, la ola llegó por sorpresa. No parecía una marea especialmente agresiva. Rocío Mojeda explicó lo que ocurrió en su caso: “Yo ya no estaba en el agua. Por la parte izquierda me vino una ola que fuera que me revolcó al suelo”. Iba saliendo de la playa “con mi tabla aquí conmigo abajo”, cuando el golpe de la ola la tiró al suelo. “Prácticamente no veía nada. Y la tabla me golpeó en el pie, me lo encerró”, detalló.
En la orilla, las imágenes eran desoladoras: gritos desesperados como “¡La piedra, la piedra!”, niños a punto de estrellarse contra rocas, adultos corriendo para socorrer a otros. “A las chavalas las están operando. Las van a coser enteritas: piernas, hombros, brazos, gemelos, muslos”, afirmaba un testigo. Otra bañista relataba que la fuerza del agua los impactó “contra una roca erosionada que soltó piedrecitas como pizarra”. Según la primera estimación, al menos ocho personas resultaron heridas, algunas de gravedad.

Rocío Mojeda, hospitalizada tras el suceso en Mazagón: “Me vino una ola de lado y me revolcó al suelo”
Desde Capitanía Marítima, se asegura que fue “una situación excepcional”, pero los vecinos denuncian que no es la primera vez que ocurre. Rocío Mojeda lo confirma: “Por lo que tengo constancia, hace un mes o dos también pasó. Una ola muy grande provocada por otro barco. Es que unos barcos no pueden entrar por ahí”.
El buque responsable estaba haciendo una maniobra en una zona con marea vaciante, lo que multiplica el efecto del desplazamiento de agua. Según los expertos, este tipo de barcos debería cumplir con unas distancias de seguridad marcadas, ya que su tamaño y desplazamiento generan un fenómeno de succión que puede tener consecuencias graves cerca de la costa.
Se me ha roto la planta del pie y estoy esperando para entrar en quirófano”
En cuanto a su estado de salud, la joven explicó: “Lo que he visto es la pierna como un cedré. Está callada con dos células esperando para entrar en quirófano. Se me ha roto la planta del pie”. El dolor es visible en su rostro: “Ay, qué dolor, Dios mío”.
Rocío no se pronunció directamente sobre si presentará denuncia, pero sí cuestionó la responsabilidad sobre el paso de estos cargueros tan cerca de la costa. “Unos barcos no pueden entrar por ahí”, dijo, recordando además que “incluso por otro tipo de barcos está diciendo eso”.
El debate sobre la responsabilidad ya ha llegado al plató. Varios colaboradores coincidieron en que debe haber consecuencias legales y se cuestionaron los protocolos marítimos que permiten maniobras tan próximas a zonas de baño.
Desde la cama del hospital, Rocío afronta ahora una operación pendiente, una recuperación larga y un verano que se le escapa entre férulas y dolor. Mientras los bañistas vuelven poco a poco a la playa, ella tendrá que arrastrar —literalmente— las secuelas de una ola que nunca vio venir.