Cuando tu nombre te mete en problemas laborales: la historia de Sam Sung en Apple

CAMBIO DE NOMBRE

Cuando tu nombre te mete en problemas laborales: la historia de Sam Sung en Apple

Cuando tu nombre te mete en problemas laborales: la historia de Sam Sung en Apple

Durante años circuló por internet una anécdota que parecía demasiado perfecta para ser verdad. Un hombre llamado Sam Sung trabajaba en una Apple Store. Sonaba a chiste fácil, a coincidencia que solo ocurre en ficciones ingeniosas, pero fue real. La historia terminó condicionando su vida profesional y empujándolo a tomar una decisión que nunca había contemplado, la de cambiarse el apellido para poder empezar de cero.

Sam Sung nació en Escocia y creció sin demasiadas complicaciones relacionadas con su nombre. Alguna broma de colegio, algún comentario puntual, nada que lo marcara. Su apellido formaba parte de su vida de manera natural, hasta que consiguió un puesto en una Apple Store de Glasgow. Allí seguía siendo motivo de alguna risa amable, pero sin mayor trascendencia. El problema surgió cuando dio un salto a Canadá y comenzó a trabajar en la tienda que Apple tiene en Vancouver.

Cuando tu propio nombre te mete en líos

Un nombre en una tarjeta y una viralidad inesperada

A mediados de 2012, en un turno cualquiera de su otro trabajo a tiempo parcial, su teléfono empezó a vibrar sin parar. Llamadas, mensajes, notificaciones que parecían no tener fin. Lo primero que pensó fue que había pasado algo grave en su familia. Abrió uno de los mensajes y encontró algo que no tenía sentido para él: “Te has hecho viral en Reddit”. Ni siquiera sabía qué era Reddit. Lo ignoró.

Horas después, recibió varias llamadas desde Apple. Alguien había publicado una foto de su tarjeta de visita, donde se veía claramente su nombre completo. La imagen empezó a circular por todas partes y él lo descubrió mientras intentaba entender por qué tanta gente de repente quería ponerse en contacto con él.

Un nombre en una tarjeta y una viralidad inesperada

Un nombre en una tarjeta y una viralidad inesperada

El primer pensamiento que tuvo no fue reírse, ni aprovechar el momento, ni contar orgulloso la coincidencia. Lo que sintió fue miedo. Recién llegado a otro país, en pleno proceso de adaptación, temió que aquella viralidad lo pusiera en una situación incómoda dentro de la empresa. Con el tiempo reconoció que quizá exageró, pero en aquel momento la preocupación era muy seria.

Meses escondiéndose de sí mismo

Un cambio de apellido y un intento de pasar página

El impacto llegó también a la tienda. Un periodista se presentó allí para hablar con él, lo que llevó a Apple a apartarlo temporalmente del área de ventas. Se pidió a sus compañeros que evitaran señalarlo, y le retiraron también las tarjetas de visita, que seguían compartiéndose en internet sin control.

Hubo días en los que las llamadas preguntando por él eran tan constantes que terminó fingiendo no ser quien buscaban. Su acento escocés jugaba a su favor, porque nadie esperaba que una persona con ese apellido sonara así. El revuelo duró meses. No hubo consecuencias disciplinarias, pero el desgaste emocional ya estaba hecho. Sam solo quería volver a ser un empleado más, y aquella posibilidad parecía cada vez más lejana.

A principios de 2013 decidió marcharse. Quería recuperar su vida sin que su nombre fuera un chiste global ni un tema de conversación para desconocidos. Empezó una nueva etapa en recursos humanos, lejos de los focos inesperados que le había traído su apellido.

Tiempo después quiso darle un cierre simbólico a esa historia. Subastó una de sus tarjetas de visita y parte del uniforme que usaba en Apple. Recaudó 2.500 dólares que donó a la organización Children’s Wish. Al menos así consiguió transformar aquella situación en algo útil para alguien más.

Subastó una de sus tarjetas de visita y parte del uniforme que usaba en Apple

Subastó una de sus tarjetas de visita y parte del uniforme que usaba en Apple

Bussines Insider

Con los años comprendió que aquel apellido empezaba a pesar más de lo que quería admitir. Quería avanzar profesionalmente sin que lo acompañara el eco de una anécdota viral. Además, reconoció sin tapujos algo que muchos saben pero pocos dicen: tener un apellido no anglicizado podía convertirse en una barrera silenciosa en determinados procesos laborales.

Eligió “Struan”, el nombre de un pequeño pueblo de la isla escocesa de Skye, un lugar que siempre había significado mucho para él. El cambio de apellido fue un gesto íntimo, una forma de recuperar cierta normalidad. Aunque en su entorno siguen llamándolo Sam Sung (sus contactos, algunos amigos, incluso su hermana), él prefiere que la gente que lo conoce ahora lo identifique por su nuevo nombre.

Hoy lleva una vida tranquila. Cuando de vez en cuando alguien descubre que trabajó en Apple aparece la inevitable sonrisa, la pregunta de siempre y la sorpresa posterior. Él responde con naturalidad, porque ya no le duele. Lo recuerda con distancia, como una etapa que tuvo que gestionar sin preparación ninguna.

Con la perspectiva que da el tiempo, admite que le habría gustado vivirlo con menos angustia. Tal vez incluso responder a algunos de los mensajes de apoyo que recibió y que nunca llegó a leer. Pero era joven, estaba empezando, y todo le cayó encima de golpe.

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La historia de Sam Sung suele explicarse como una anécdota simpática, casi como algo que haría reír a cualquiera. Y es verdad que tiene un punto de humor si se mira desde fuera. Pero detrás estaba alguien que solo intentaba abrirse camino mientras veía cómo su nombre empezaba a circular por el mundo sin que él lo hubiera buscado. Con el tiempo, él mismo admite que aquella broma dejó una marca, aunque también le abrió la oportunidad de reconstruir su identidad y seguir adelante con otro apellido que siente realmente suyo.

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