Esculturas en parques, jardines y plazas de Barcelona que quizás no conocías y no puedes perderte

Artes

Barcelona está salpicada de grandes esculturas en el espacio público que muchas veces pasan totalmente desapercibidas, aunque forman parte del paisaje urbano y conservan intacta su capacidad de sorprender

Toro Pensador

‘Meditació’.Conocida como el ‘Toro pensador’, la figura de Granyer surgió como parte de un proyecto para revitalizar la rambla Catalunya

Juan Eduardo De Cristofaro/Flickr

Quizá no sea una exageración afirmar que Barcelona está salpicada de esculturas urbanas que, aunque integradas en el paisaje cotidiano, pasan totalmente desapercibidas. Más allá de los iconos habituales —como Mujer y pájaro de Joan Miró, el Gato de Fernando Botero o el monumento a Colón— existen obras que, por su discreción o su significado, merecen un segundo vistazo. Algunas apenas llaman la atención, pero forman parte del paisaje urbano y conservan intacta su capacidad de sorprender al peatón curioso.

Rambla de Catalunya

1. 'Meditació' y 'Girafa Coqueta'

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'Girafa Coqueta', de Josep Granyer

Xavier Cervera

Frente al bullicio de la Rambla de Catalunya, hay dos figuras tan inolvidables como inadvertidas: el Toro pensador, conocido oficialmente como Meditació, y su contraparte, la Girafa coqueta, ambas de Josep Granyer y datadas en 1972. Surgieron como parte de un proyecto —iniciado por la asociación Amics de la Rambla— para revitalizar el paseo con arte público y para evitar que se convirtiera en una vía vehicular; de diez esculturas previstas, solo se concretaron estas dos, en uno y otro extremo de la calle.

Meditació representa un toro sentado en postura meditativa, casi antropomórfica, evocando a El pensador de Rodin con un punto irónico típico de Granyer. Su compañera, exhibe el mismo tono desenfadado: una jirafa recostada, relajada, con un gesto muy humano; de hecho, ha sido el mismo público quien la ha bautizado cariñosamente así. Ambas esculturas son un claro ejemplo del animalismo irónico de Gra­nyer, que dotaba a los animales de actitudes propias del ser humano.

En el 2003, un intento de robo de la escultura del toro acaparó titulares: tres ladrones lograron desengancharla del pedestal y subirla a una furgoneta, pero la policía detuvo rápidamente a los autores y recuperó la obra sin daños graves.

Jardinets de Gràcia, paseo de Gràcia

'Solc', de Frederic Amat

Situada en los Jardinets de Salvador Espriu, es una amplia hendidura rectangular en el suelo, obra de Frederic Amat

Situada en los Jardinets de Salvador Espriu, es una amplia hendidura rectangular en el suelo, obra de Frederic Amat

Ana Jiménez

En el eje literario-homenaje, encontramos la obra Solc (2014) de Frederic Amat, situada en los Jardinets de Salvador Espriu, en conmemoración del centenario del poeta.

Se trata de una amplia hendidura rectangular en el suelo —el “negativo” del obelisco cercano (el Llapis de Pi i Margall)— que simboliza cómo Espriu se hunde en la cultura catalana: una huella silenciosa, profunda. Contrasta sobremanera con la verticalidad de monumentos tradicionales, como el dedicado a Verdaguer (avenida Diagonal con paseo de Sant Joan): ese puede crear admiración, mientras Solc ofrece reflexión íntima.

El coste, de 175.000 euros, y su inauguración durante el Año Espriu reflejan el compromiso institucional con la cultura y la memoria literaria. Con una presencia discretísima en un enclave conocido pero no monumental, la pieza dialoga con su entorno de una manera poética y serena.

Teatro Romea

3. 'A Margarida Xirgu'

'A Margarida Xirgu', frente al teatro Romea

'A Margarida Xirgu', frente al teatro Romea

LV

Junto al vestíbulo del teatro Romea, en la plaza del Canonge Colom, encontramos un homenaje en bronce a la actriz Margarida Xirgu (1888–1969), emblema del teatro catalán. La pieza fue realizada por Eudald Serra e inaugurada en el 1988. Representa una figura femenina que se dobla desde la cintura en gesto expansivo —casi floral— cargado de teatralidad y elegancia, y que evoca tanto la fragilidad como la fuerza escénica de Xirgu, “lumbrera del teatro español”.

Este homenaje adquiere un sentido especial por tratarse de una mujer en un espacio conocido; surgida casi un siglo después de su carrera, la escultura reivindica su legado y el papel de las mujeres en el arte escénico, para aportar presencia y memoria en pleno centro cultural.

Turó Park y avenida Gaudí

3. Esculturas de Apel·les Fenosa

Creada por Apel·les Fenosa, una estela escultórica de siete metros se erige frente a la entrada del Turó Park

Creada por Apel·les Fenosa, una estela escultórica de siete metros se erige frente a la entrada del Turó Park

Ajuntament de Barcelona

Frente al Turó Park, se erige desde 1976 una estela escultórica de siete metros creada por Apel·les Fenosa (1899-1988) y que se alza sobre un estanque. Está concebida como una gran “teja romana” vertical: su cara cóncava representa la música mediante un coro de ángeles tocando violines, flautas y trompetas; la convexa está grabada con un poema —otra vez— de Salvador Espriu dedicado a Casals. Emplazada en 1982 junto con una escultura realista de Josep Viladomat, su lenguaje mezcla belleza clásica y espiritualidad primitiva, reflejando la vocación de Fenosa hacia la materia como medio de emoción. Aunque inicialmente a ras del suelo sufrió varios actos vandálicos, pronto se elevó sobre pedestal en su parterre definitivo.

A unos kilómetros, en la avenida Gaudí, destaca El bon temps perseguint la tempesta (1978), también de Fenosa, colocada durante la remodelación de 1985 que convirtió el tramo en paseo peatonal. Esta escultura de bronce es una alegoría dramática del cambio y la dualidad: el buen tiempo persigue la tempestad, expresando la lucha entre fuerzas opuestas dentro del ser humano. Su presencia dialoga con el entorno modernista que conecta la Sagrada Família con el Hospital de Sant Pau. Estas dos obras son discretas en su integración urbana, pero magníficas en su profundidad y simbolismo.

Parque de la Creueta del Coll

5. 'Elogio del agua', Eduardo Chillida

‘Elogio del agua’, de Eduardo Chillida, es una de las obras más impactantes del arte público de la ciudad

‘Elogio del agua’, de Eduardo Chillida, es una de las obras más impactantes del arte público de la ciudad

Àlex Garcia

Concluimos con una de las piezas más impactantes del arte público de Barcelona: Elogio del agua, de Eduardo Chillida (1987), en el parque de la Creueta del Coll. Un enorme bloque de hormigón armado de 54 toneladas se suspende sobre un lago artificial mediante cables de acero, obra también del ingeniero Fernández Ordóñez. La pieza juega con el espacio, el volumen y el reflejo: un homenaje literal al agua, elemento inseparable de su contemplación, según Chillida —“yo hago la mitad; la otra mitad la hace el agua”. En el 1998 sufrió un desplome por la corrosión de un tensor que causó tres heridos leves, y la obra fue restituida pocas semanas después con otro sistema de suspensión.

Elogio del agua es una pieza monumental, poética y algo escondida —aunque hay quien la llama “la menos visitada de Chillida en Barcelona”— pero su impacto visual y simbólico la convierte, sin duda, en una joya imprescindible.

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