Barcelona vuelve a situarse como punto de referencia para la arquitectura joven. Tras la buena acogida de su primera edición, regresa la Bienal de Arquitectura Joven, organizada por la Agrupación de Jóvenes Arquitectos de Catalunya, que este año se presenta bajo el título Coda. El nombre, tomado del lenguaje musical, alude a ese cierre que en el fondo abre nuevas posibilidades, un final convertido en comienzo.
Con sede principal en el Col·legi d’Arquitectes de Catalunya, a pocos metros de la catedral y con actividades repartidas en distintos espacios de la ciudad, la bienal se inauguró ayer por la tarde y se desarrollará hasta el 16 de octubre, bajo el comisariado de Carmen Salas y Naiara Albizua. Así, la capital catalana será durante dos semanas el escenario de exposiciones, talleres, mesas redondas y recorridos urbanos que ponen el foco en una nueva generación de arquitectos, en diálogo con profesionales europeos.
El programa se articula en torno a dos grandes exposiciones, ‘De-Coda’ y ‘The Morning After’
El lema de esta edición no es casual. La organización propone entender la disciplina no como un objeto cerrado, sino como un proceso en permanente transformación. Según la organización, frente a un presente “marcado por las crisis climáticas, sociales y económicas”, Coda plantea “habitar lo inacabado y reapropiarse de lo que queda pendiente para convertirlo en oportunidad”. En este contexto, la celebración se interpreta como un gesto de afirmación colectiva de que “otra manera de hacer arquitectura es posible”.
El Col·legi d’Arquitectes de Catalunya será la sede principal
El programa de este año se articula en torno a dos grandes exposiciones, ambas ya abiertas desde ayer. Por un lado, como muestra central de la bienal, se expone De-Coda , que parte de los premios AJAC 2025. La exposición reúne los treinta proyectos galardonados e incorpora influencias y procesos que dieron forma a las propuestas. Aquí figuran nombres como h3o, Atienza Maure, Cierto Estudio o Bajet Giramé, representantes de la diversidad de la arquitectura emergente catalana. Por otro lado, The morning after , comisariada por Carmen Salas y Naiara Albizua, convoca a estudios como BeAr (Bilbao), Espace Aygo (Bruselas), La Cuarta Piel (Alicante), TAKK (Barcelona), Pseudodiseño (l’Hospitalet), Mateus Sartori y Roger Badia (Barcelona). La exposición cuestiona cómo se celebran los encuentros colectivos en “tiempos de incertidumbre” y qué papel pueden tener en el imaginario urbano.
Se organizan encuentros y exposiciones
Más allá de lo expuesto, la bienal busca también activar la relación entre arquitectura y ciudadanía. Se han programado visitas a obras recientes de estudios locales, conferencias con voces como Julia Nuen o o Pol Esteve y mesas redondas que cruzan arquitectura con literatura, música o artes visuales. También se organizan derivas urbanas –paseos de exploración– sobre la reapropiación del espacio público, de la mano de Pau Bajet, Clara Nubiola y Mario Santamaría.
La exposición reúne los treinta proyectos galardonados e incorpora influencias y procesos que dieron forma a las propuestas
Asimismo, uno de los apartados más destacados es Shared cosmologies , una serie de conversaciones entre estudios catalanes e internacionales que buscan confrontar miradas y ampliar el marco de reflexión. Estos cruces ponen en relación contextos geográficos distintos y generaciones con experiencias diversas, subrayando esa dimensión europea que la bienal quiere consolidar. Si bien la programación oficial concluye el 16 de octubre, el certamen se reserva un epílogo especial, titulado Coda final , que se celebrará el día 17 en La Infinita de l’Hospitalet (avenida del Carrilet, 237).
