“Existe la idea de que somos huérfanos de futuro, de que está roto y solo ofrece catástrofe y colapso. Queríamos abrir esa mirada, visibilizar otras posibilidades”, explica Luca Carrubba, que junto a Eurídice Cabañes dirige la asociación cultural ArsGames. Ambos han comisariado una de las exposiciones que se han presentado esta semana en La Capella, Nostalgia de futuro: atravesando el colapso, nacida de una investigación de tres años que ha metamorfoseado en un proyecto social y artístico colectivo.
Varios creadores han hecho posible la iniciativa, imaginando futuros más optimistas y sostenibles mediante un diálogo entre Barcelona, Latinoamérica y otros lugares del mundo donde también ha habido espacio para la imaginación. De esa libertad creativa surgió el libro Nostalgia de futuro, una precuela literaria que se ha movido previamente a la inauguración de la muestra y que los visitantes podrán adquirir gratuitamente.
El futuro no es algo que vaya a pasar, sino algo que está por hacer
Entre las diez obras que conforman la exposición encontramos un hongo vinculado a una inteligencia artificial sonora. Con Bionic Sound Machina, Óscar Martín buscaba que una forma electrónica conviviera con otra vegetal y simbiótica, “logrando que, de algún modo, este microorganismo que se alimenta a base de avena decida la dirección del algoritmo”, aclara.
En el caso de Khipu, que en lengua quechua se traduce como “nudo que habla” y que surge de unir cuerdas de algodón con hilo de cobre, Constanza Piña ha imaginado una informática andina y textil. Su nombre hace alusión a “un sistema de codificación ancestral que, como tantos otros, fue negado por las fuerzas colonizadoras”, cuenta la propia autora junto a su artefacto, al que acompaña un sonido similar al que resulta de sintonizar una radio o un viejo televisor.
‘Khipu’, de Constanza Piña
2.8B420K, de Andy Gracie, es una enorme escultura destinada a activarse de aquí dos millones de años, cuando la Tierra alcance los 147 grados Celsius y desaparezca la última forma de vida. Un monumento con dos grandes esferas que al artista se le aparecieron unidas por un fino hilo cuando era un niño. “Si se rompía podía desencadenar la desgracia”, comparte.
Hamilton Mestizo, Xavi Manzanares, María Ignacia, Wladimir Riquelme, Rabia Williams, Francisca Silva y María José Díaz son el resto de artistas que han colaborado en esta muestra que, según Eurídice Cabañes, nos recuerda que “el futuro no es algo que vaya a pasar, sino algo que está por hacer”.
En paralelo, otra de las salas de La Capella acogerá la instalación Caixa Sorpresa, comisariada por Grup d’Estudi y diseñada y conceptualizada por la asociación Estructures 3000. Esta constará de cuatro fases en las que una caja de gran tamaño se destapará con la ayuda de un sistema conectado al techo, desplegando sus paredes y mostrando los distintos contenidos resultantes de este proyecto colaborativo y abierto.

