Ruta por la Barcelona latinoamericana

Vestigios culturales

La ciudad de Don Quijote y Mercè Rodoreda, Gaudí y Picasso también fue la del boom de la literatura de América Latina; seguimos aquí sus rastros literarios, culturales e incluso gastronómicos

Un bust de Gabriel García Márquez en una de les sales de lectura de la nova biblioteca del districte de Sant Martí, que du el nom de l'autor colombià

Una de las salas de lectura de la Biblioteca Gabriel García Márquez, donde hay un busto del premio Nobel

Pau Cortina / ACN

Cuando se inauguró en el 2022 la biblioteca Gabriel García Márquez en el barrio de Sant Martí, nuestra ciudad unió dos grandes marcas: la de Barcelona y la del Nobel colombiano. Recordó así a todos los barceloneses y a todos los visitantes que la ciudad de Don Quijote y Mercè Rodoreda, Gaudí y Picasso y Miró y Joan Manuel Serrat, también fue la del Bbom de la literatura latinoamericana. Pero Mario Vargas Llosa, José Donoso y Gabo no fueron los únicos escritores de la otra orilla que han vivido aquí. Son barcelonesas la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi (premio Cervantes) o la cineasta peruana Claudia Llosa (Oso de Oro del festival de Berlín por La teta asustada ). Y en un pasaje del Raval vivió Roberto Bolaño. Seguimos algunos de esos rastros literarios, culturales, incluso gastronómicos. Buen viaje.

Calle del Treball, 219

1. Biblioteca Gabriel García Márquez

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La Biblioteca Gabrier García Márquez de Barcelona

Miquel González / Shooting

El nuevo emblema de la Ciudad Condal tiene el nombre del premio Nobel colombiano, que escribió aquí su novela El otoño del patriarca, y se encuentra junto a la plaza Carmen Balcells, que, como dijo Manuel Vázquez Montalbán, fue la “superagente” literaria del boom. La fascinante estructura en madera del estudio SUMA Arquitectura invita a la deambulación, la fotografía y la lectura en una de sus hamacas, que se encuentran precisamente al final de la sección de literatura de la otra orilla atlántica, junto a las guías de viaje. ¿No empiezan todos los viajes en los libros que nos hablan de las ciudades y los países que querremos visitar? Si se va con niños, la sección infantil es de ensueño, con sus cientos de álbumes ilustrados y su espacio sensorial.

2. Casa Amèrica Catalunya

Casa Amèrica Catalunya

Casa Amèrica Catalunya

LV

La gran embajada cultural de América Latina en Barcelona nació en el 1911 y ha vivido en su siglo y pico de historia muchas etapas, muchas vidas. La actual, con ese nombre que todos reconocemos, empezó en el 2005, bajo el impulso de Antoni Traveria, a quien le sucedió como directora Marta Nin, y cuenta con otros grandes profesionales de la gestión cultural, como Cristina Osorno, Pedro Strukelj Elgarte y Anna Vázquez. Su pequeña sala de exposiciones nos ha hecho viajar al Amazonas, por la fotografía de destacados artistas, la topografía de Cortázar, la Arquitectura Moderna o las librerías transatlánticas. Las conferencias y mesas redondas sobre cine, literatura, arte o libertad de expresión ocurren rodeadas de libros. Y una vez al año, la Casa Amèrica se conecta con un grueso cordón umbilical con la biblioteca Gabriel García Márquez para nutrir al festival KM Amèrica.

Calle Aragó, esquina Comte Borrell

3. Librería La Malinche

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Librería La Malinche. especializada en literatura latinoamericana

Mané Espinosa

A la librería Lata Peinada, especializada en literatura latino­americana, se le acaba de sumar en nuestra ciudad un nuevo establecimiento que también tiene esa orientación. Su nombre es un homenaje a la intérprete y amante de Hernán Cortés, un icono mexicano, un símbolo ambiguo, como siempre han sido las relaciones entre España y América (no hay más que pensar en Cristóbal Colón, cuya estatua da la bienvenida a los turistas que llegan al puerto a bordo de sus cruceros). La Malinche es una librería pequeña, preciosa, bien curada, con secciones inesperadas como la consagrada a los hongos (que son tendencia editorial). Organizan presentaciones de libros casi a diario. El eje verde de Comte Borrell nos anima a leer en unos de sus bancos. Y justo al lado de la librería se en­cuentra El Carnal, una taquería mexicana.

Calle Tallers, 45

4. Pasaje de Roberto Bolaño

La placa que recuerda que en este pasaje de la calle Tallers vivió el escritor chileno Roberto Bolaño

La placa que recuerda que en este pasaje de la calle Tallers vivió el escritor chileno Roberto Bolaño

Jordi Play

Una placa recuerda que ahí, en ese callejón de piedra premoderna con vigas de madera, donde ahora aparcan bicicletas de alquiler, vivió ni más ni menos que el escritor chileno Roberto Bolaño. Fue antes del camping, Girona, Blanes, Anagrama, cuando tenía 24 años y acababa de llegar a Catalunya. Al lado, en el bar Cèntric, se tomaba su café con leche. En la papelería de enfrente, se compraba las libretas Miquel Rius en que anotaba pasajes de cuentos y novelas futuras, poemas, traducciones posibles. Esa topografía del barrio del Raval quedaría fijada para siempre en algunas de las páginas más memorables de Los detectives salvajes . Una novela que, como el resto de su obra, se puede comprar a cuatro pasos, en la Central del Raval.

La Rambla, 20-22

5. Restaurante Amaya

El restaurante Amaya

El restaurante Amaya

Restaurante Amaya

Abrió sus puertas en 1941 y se convirtió, a finales de los 60 y principios de los 70, en uno de los restaurantes favoritos de García Márquez. En su pared todavía se puede ver, enmarcado, el dibujo de un pez que les hizo el premio Nobel colombiano. Como nos cuenta Xavi Ayén, máximo experto en la Barcelona del boom, también frecuentaba otros restaurantes que siguen abiertos. Por debajo de la Diagonal, los clásicos 7 Portes y Casa Leopoldo; por encima, Giardinetto y Flash Flash, lugares fetiche de la gauche divine . Este año, por cierto, ha abierto Focacha, un local que rinde homenaje a aquellos años de crepúsculo franquista y multicolor cultural.

6. Park Güell

Vista de la Fuente Dragón de Gaudí en el Park Güell . En Barcelona, Catalunya, (España), a 14 de agosto de 2020.

Vista de la Fuente Dragón de Gaudí en el Park Güell

DAVID OLLER/Europa Press

Aunque sea un parque barcelonés y catalán hasta la médula que palpita en la columna vertebral de su dragón, del que se apropian con sus pies y con sus fotos miles de turistas cada día, el Park Güell también tiene su historia latinoamericana. En ella destaca el recuerdo de Julio Cortázar, que pasó en nuestra ciudad un par de años cuando era niño: se le quedaron esas morfologías alucinadas en lo más hondo de la memoria. No sabía qué eran esas formas con las que soñó toda su vida hasta que un día, durante una de sus frecuentes visitas a Barcelona para ver a Cristina Peri Rossi y otros amigos, esta lo acompañó al parque de Gaudí: “Era como un detective buscando el origen de su sueño”.

Calle Ticià, 16

7. Casa de Ruben Darío

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Casa en la que vivió el poeta Ruben Darío en Barcelona, en la calle Ticià del barrio de Penitents

Terceros

El boom ha eclipsado otras huellas, otros viajes anteriores. El escritor y político venezolano Rómulo Gallegos, por ejemplo, también vivió aquí (una placa lo recuerda en la esquina de las calles Muntaner y Londres) a principios de los años 30. Antes que él, en 1914, Rubén Darío, que ya conocía la ciudad y era amigo de los máximos representantes de la Renaixença, decidió pasar una temporada en un chalet de la parte alta, ahora cerca de la ronda de Dalt. Se acercaba a los cincuenta, su alcoholismo era incurable, sufrió alucinacio- nes durante aquellos meses (de eso no habla la placa que hay en la fachada de la vieja torre de veraneo).

Gran Via, 616

8. Altaïr

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Llibreria Altaïr

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Antes que libreros, Pep Bernadas y Albert Padrol, los fundadores de Altaïr en 1979, eran viajeros y lectores. Se nota cuando recorres la librería de viajes por antonomasia de la ciudad, que está organizada por continentes, países y ciudades. De modo que puedes encontrar en la sección de América Latina un gran surtido de guías, novelas, poemarios, ensayos o libros de fotografía. Desde crónicas nómadas como Amor América , de Maruja Torres, hasta títulos más recientes por la misma geografía, como Había mucha neblina o humo o no sé qué , de Cristina Rivera Garza sobre el México de Juan Rulfo, o Cómo viajar sin ver , de Andrés Neuman, fruto de miles de kilómetros en aviones cuando ganó el premio Alfaguara por El viajero del siglo .

Rambla del Raval

9. El Gato de Fernando Botero

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El Gato de Botero en la Rambla del Raval

Llibert Teixidó

El felino con curvas del escultor colombiano se ha convertido en parte del bestiario de la capital catalana, junto con su caballo del aeropuerto y los dragones de Gaudí y de la Rambla. Antes de su ubicación en el 2003, al parecer definitiva, en la más cosmopolita de nuestras ramblas, la obra estuvo dando vueltas, inquieta. El Ayuntamiento la compró en 1987 y la ubicó en el parque de la Ciutadella, tal vez por la proximidad del zoo. Posteriormente se trasladó a las inmediaciones del Estadi Olímpic; y más tarde fue escondida en una pequeña plaza detrás de las Drassanes. Si los gatos tienen siete vidas, le faltan todavía tres.

Calle València, 207

10. Yakumanka by Gastón Acurio

Club Vanguardia sortea cenas en el restaurante en Yakumanka de Barcelona.

El chef Gastón Acurio trajo a Barcelona su gusto por la cebichería popular de su país

Yakumanka

Por su maestría con las mezclas, la cocina peruana es una de las mejores del mundo. Hay pocas experiencias superiores a comer chifa (gastronomía peruano-china) en un restaurante de Lima con una buena Inca Kola. El famoso chef Gastón Acurio trajo su gusto por la cebichería popular de su país, cuya costa discurre por más de dos mil kilómetros, y lo hibridó con los productos frescos de los mares ibéricos. Además de cebiches, tiraditos y woks, ofrecen pescados enteros (como la lubina que dibujó un día García Márquez en el restaurante Amaya).

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