Ambos objetivos son importantes y, lejos de ser excluyente, deberían formar parte de una estrategia complementaria. Ahorrar para emergencias y para objetivos concretos responde a necesidades distintas, pero igual de esenciales para tener una buena salud financiera.
Contar con un fondo de emergencia es el primer paso: te protege frente a imprevistos. Este fondo debe ser rescatable, por lo que se recomienda mantenerlo en productos líquidos y sin riesgo, como una cuenta de ahorro. Lo habitual es que cubra entre 3 y 6 meses de tus gastos mensuales.
Estrategia
Una vez creado ese colchón de seguridad, es momento de dar un paso más: planificar el ahorro con un propósito
Una vez creado ese colchón de seguridad, es momento de dar un paso más: planificar el ahorro con un propósito. Puede ser la entrada de una vivienda, un viaje especial, una reforma o tu jubilación. Para estos objetivos, existen productos que combinan rentabilidad, flexibilidad y horizonte temporal adaptados a cada meta.
En este sentido, los seguros de ahorro son una solución específica que permiten hacer crecer tu dinero de forma planificada y adaptada a tu perfil. Son herramientas diseñadas para ayudarte a alcanzar tus metas personales a medio y largo plazo, con opciones que se ajustan a tu tolerancia al riesgo, al plazo deseado y a tus prioridades vitales o familiares.
Tener metas da sentido al ahorro y favorece la constancia, pero la previsión también implica estar preparado para lo inesperado. Por eso, la clave está en encontrar un equilibrio: construir primero un fondo de seguridad que te dé tranquilidad en el presente y, después, dar forma a los sueños y necesidades futuras a través de una planificación estructurada.
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Santiago Guerrero. Director de Desarrollo Negocio Ahorro de VidaCaixa.
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