En Apple TV+ empiezan el año con ganas de ampliar su base de abonados. Ellos confían que, si el público tiene acceso al servicio, se dará cuenta que quizá vale la pena suscribirse. Así que, del viernes al domingo (del 3 al 5 enero), cualquier persona con una cuenta de Apple tiene acceso a todas las series y películas del catálogo de forma totalmente gratuita.
Sí, hay muy buenas series entre su producción original: Severance, The Morning Show, Ted Lasso, Silo o Para toda la humanidad son algunas de ellas, con múltiples temporadas y todavía en emisión. Pero, si lo que buscas es algo que puedas ver en este fin de semana promocional, aquí te traemos cinco muy buenas series que podrás maratonear en este breve periodo de tiempo. ¡Hay que aprovecharlo!
8 episodios
WeCrashed

Jared Leto y Anne Hathaway son Adam y Rebekah Neumann en 'WeCrashed'.
Adam Neumann fundó la empresa de coworkings WeWork en 2010 con Miguel McKelvey utilizando un millón de dólares de la familia de su mujer, Rebekah. Conseguía inversores con una promesa: que, al igual que las grandes empresas tecnológicas de Silicon Valley, era una especie de unicornio para invertir. En 2019 tanto él como su mujer, que estaba fundando un modelo de escuela new-age, tuvieron que abandonar las empresas porque sencillamente los números no cuadraban.
WeCrashed, que tiene ocho episodios, es una disección de los vendedores de humo de Wall Street y cómo, a veces, para triunfar solo se necesita ser un caradura. Lo injusto es que solo sean los Neumann quienes sean señalados cuando tantos otros gurús, cantamañanas de Ted Talk, coaches y lobbies educativos también se lo merecen. Es una obra extraordinaria, con una fantástica música electrónica de Christopher Nicholas Bangs, un Jared Leto superlativo y una Anne Hathaway ins-pi-ra-dí-si-ma.
8 episodios
Perdiendo a Alice

La tensión sexual entre Alice y Sophie es palpable en todo momento.
Es la serie tapada de Apple TV+. El público está obsesionado con Severance cuando el mejor thriller psicológico de la última década es esta serie israelí sobre cómo un proceso de creación artístico y la obsesión enfermiza pueden ser una misma cosa. Alice (Ayelet Zurer) es una directora prestigiosa que se tomó un descanso para centrarse en sus hijas mientras su marido, David (Gal Toren), aprovechaba su buen momento. Pero, cuando una joven guionista llamada Sophie (Lihi Kornowski) se le presenta en el tren con un guion intrigante, siente la necesidad de ponerse detrás de las cámaras.
Este proyecto, sobre una joven que seduce al padre de su amiga, obsesiona a Alice. ¿Era casualidad, como dijo Sophie, que se encontrasen en el tren? ¿Puede ser que Sophie la esté intentando seducir o, por lo contrario, quiere meterse en la cama con su marido? ¿Y hasta qué punto está delante de una guionista con un gran potencial o una sociópata de quien debería pedir una orden de alejamiento? Perdiendo a Alice se mueve con erotismo por el thriller psicológico, permitiendo que la intriga y lo picante no resten un ápice de fuerza a los temas alrededor de la creación.
8 episodios
Cocina con química

Ay, Brie Larson, cuántas alegrías nos habrías podido dar si no hubieras fichado por Marvel...
La escritora Bonnie Garmus escribió un best-seller ágil: la historia de una científica, Elizabeth Zott, que en los años 50, a pesar de ser más brillante que el resto de investigadores de la universidad, cobraba menos y no recibía ningún reconocimiento. Y, como madre soltera, tomaba una decisión imprevista: presentar un programa de cocina para amas de casa a partir de los 60. Con la meticulosidad científica con la que explica los platos y su nulo interés por satisfacer a los hombres, las espectadoras se empoderan.
Lo único doloroso de ver Cocina con química, una miniserie de época ejemplar, es lamentar qué sería de la carrera de Brie Larson y en cuántas series y películas nos hubiera podido bendecir con su presencia si, tras ganar el Oscar por La habitación, no se hubiera dejado seducir por los ceros que le presentaba el cheque de Marvel como Capitana Marvel, que prácticamente ha bloqueado su agenda en estos últimos años.
8 episodios
Defending Jacob

Por si se me había olvidado de escribirlo en el texto... SALE MICHELLE DOCKERY, otra actriz siempre, siempre sobresaliente.
Si alguien quiere ver a Chris Evans en un buen trabajo que no consista en llevar el escudo del Capitán América, siempre puede ver este Defending Jacob, un thriller a la vieja usanza: el matrimonio Barber es ejemplar hasta que su hijo de 14 años, siempre más rarito que el resto de compañeros de su clase, pasa a ser el principal sospechoso del asesinato de un compañero de clase.
Entonces, Andy tiene que poner en riesgo tanto su trabajo como fiscal del distrito como su integridad para defender a un hijo que… ¿seguro que es inocente como predican a cualquiera que quiera escucharlos? El desenlace es una maravilla (y, aunque Presunto inocente es uno de los grandes fenómenos de Apple TV+ en el género, Defending Jacob le da unas cuantas patadas).
10 episodios
Platonic

Rose Byrne y Seth Rogen... un dúo con una química cómica inmaculada.
Y, para terminar la lista, me permito una licencia: Platonic tendrá una continuación y, por lo tanto, es imposible verla completa en un fin de semana. Sin embargo, no sería de extrañar que hubiera sido concebida como una miniserie si tenemos en cuenta la forma en la que se cierran estos primeros diez episodios que son de lo más divertido que se ha rodado en los últimos años: una relación de amistad entre una madre de familia numerosa, que con los años se ha convertido en una señora, y su mejor amigo de la universidad con quien decide retomar el contacto, un eterno peter pan que hace cerveza artesanal y se pasa el día fumando porros, bebiendo y sin horarios.
Seth Rogen y Rose Byrne, como habían demostrado en Malditos vecinos, tienen una complicidad impecable: son dos talentos cómicos arrolladores y, cuando Byrne de Damages o La boda de mi mejor amiga hace comedia física, confirma que es una de las grandes actrices de su generación. Su escena narcótica debería proyectarse en todas las escuelas de interpretación (y, bueno, en cualquier pantalla del planeta, si queremos que la humanidad se divierta).