En la cultura popular, Sam Spade es sinónimo de Humphrey Bogart. Le interpretó tan magistralmente en El halcón maltés en 1941 que llevó consigo esa imagen hasta el día de su muerte en 1957, aún cuando hizo muchos otros personajes legendarios. Sin embargo, para cuando John Huston le convocó para aquella superproducción de la época, Spade ya era parte de una franquicia que comenzó con los inicios del cine sonoro.
Creado por Dashiell Hammet para su tercera novela con ese mismo nombre publicada en 1930 y la única que le tuvo como protagonista, el duro detective llegó por primera vez a la pantalla interpretado por Ricardo Cortez en la versión de El halcón maltés de 1931 en lo que fue uno de los tempranos éxitos del nuevo cine.
Cuando Warner Bros intentó reestrenar el filme en 1938, no lo pudo hacer debido a la fÉrrea censura que se había instalado en esa época por lo que optó por producir una remake, Satan met a lady ”, nunca estrenada en España, en la que el investigador privado pasó a llamarse Ted Shane y fue encarnado por Warren William, con Bette Davis como la mujer fatal de turno.
Tras el estreno de la versión de Bogart, Warner eligió no volver a tocar a Spade, aún cuando Hammet escribió otros cuatro cuentos con él como protagonista. Sin embargo en 1975 George Segal encarnó a su hijo en la comedia El halcón negro y al año siguiente Peter Falk se inspiró en él para crear a Sam Diamond, su detective en la divertida Un cadáver a los postres , cuyo guion escribió Neil Simon y le dejó una curiosa nominación al Globo de Oro al mejor debut cinematográfico al mismísimo Truman Capote.
Desde entonces, Spade quedó relegado al olvido. Por eso cuando el director Scott Frank, nominado en dos ocasiones al Oscar por los guiones de Out of sight y Logan decidió recuperarle en una miniserie que le imagina en su ocaso, la cadena estadounidense AMC la aceptó de inmediato, sumando a Canal+ como socio para filmarla en Francia.
Lógicamente para el papel principal era importante encontrar a un actor que estuviera a la altura de Bogart y así fue que se sumó Clive Owen, el británico que al igual que su personaje en la serie, supo tener mejores momentos, como cuando fue nominado al Oscar al Mejor actor de reparto por su trabajo en Closer de Mike Nichols en 2005, o cuando al año siguiente protagonizó Hijos de los hombres de Alfonso Cuarón.
La miniserie de seis episodios, titulada Monsieur Spade , fue estrenada en Estados Unidos por AMC en enero del año pasado, y recién ahora podrá verse en España a través de Filmin. Ambientada en 1963 en un pequeño pueblo del sur de Francia, Bozouls, la historia reencuentra a Spade, lejos de sus épocas gloriosas, viviendo una vida de privilegios en la mansión que le ha dejado su fallecida esposa Gabrielle (Chiara Mastroianni), aunque de tanto en tanto acepta trabajos para mantenerse entretenido.
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Así es como le encontramos en el primer episodio, cuando debe entregarle una niña a su padre, un hombre de muy mala reputación llamado Phillipe Saint-Andre (Jonathan Zacai). Cuando su mujer no le acepta, tiene que quedarse a cargo de la pequeña.
Si bien tiene los mismos modales y habla de la misma manera poética que cuando vivía en San Francisco, Spade ya no es el mismo. Se ha enfermado de enfisema, por lo que debe decidir si correrá los riesgos que implica seguir fumando. Pero cuando seis monjas son brutalmente asesinadas en el convento en el que ha dejado a la niña, debe ponerse a la altura de los acontecimientos e iniciar una investigación tal como lo hubiese hecho Bogart.
En la serie también participan Denis Menochet como el jefe de la policía local, Matthew Beard y Rebecca Root como una pareja de británicos que se mudan al lado de su casa y un veterano de guerra con sus propios demonios, encarnado por Stanley Weber.