'Duster', el reencuentro de J.J. Abrams con Josh Holloway tras 'Perdidos'
Estreno
El creador le ha dado un papel hecho a medida: chulo, carismático y socarrón

Josh Holloway, conocido por 'Perdidos'.

Es curiosa la alquimia de la industria del espectáculo: la forma en la que los actores, guionistas y directores ganan o pierden interés en función de cómo se combinan sus nombres. Nadie cuestiona, por ejemplo, que Josh Holloway es una estrella de la televisión gracias a su papel de Sawyer en Perdidos, pero en solitario tampoco es un gran reclamo. Quizá esto explica que, como él ha reconocido, apenas recibió ofertas de trabajo entre 2018 y 2025: un papel episódico en Cuentos asombrosos, un par de capítulos en un podcast y un arco de diez episodios en Yellowstone. Pero, si se combina su nombre con el de J.J. Abrams, uno de los artífices de Perdidos, los medios de comunicación y el público automáticamente levantan la vista. De repente, tiene nuestra atención.
Duster, que Max estrena este viernes, es el resultado de esta alianza creativa. Holloway estaba aburrido en casa por la falta de ofertas, como él mismo ha reconocido, cuando recibió la llamada de Abrams. Le ofrecía un proyecto a medida, donde aprovechar la actitud carismática, socarrona y chula. En la serie que Abrams firma con LaToya Morgan (Into the badlands), él es Jim Ellis, un conductor de la organización criminal encabezada por Ezra Saxton (Keith David). Si toca recoger un pedido urgente como, por ejemplo, un corazón para el trasplante clandestino del hijo de Ezra, Jim es el hombre adecuado: acelera y derrapa en mitad de persecuciones sin perder nunca la sonrisa.

Tiene la vida que quiere. Se entiende con el jefe. Se lleva bien con las camareras de los bares que frecuenta, con las que incluso hace unos trabajillos extra alejado del volante. Incluso puede salir a conducir con Luna (Adriana Aluna Martinez), una niña que le llama “tío” sin saber que en realidad es su padre. Izzy (Camille Guaty), la madre, sabe suficientemente bien cómo es Jim para no confiar en él una paternidad tradicional. Pero este equilibrio al margen de la ley se rompe con la llegada de Nina Hayes (Rachel Hilson), una agente recién licenciada del FBI. Ella no tiene el respeto de sus compañeros por ser mujer y negra en la Arizona conservadora de 1972, así que apuesta su futuro a convencer a Jim para que sea su informante dentro de la organización de Ezra.
Duster no es un drama criminal que busca prestigio a pesar de que Abrams últimamente no se prodiga mucho en televisión. Es algo conveniente de aclarar dentro de una plataforma como Max (antes conocida como HBO Max y pronto HBO Max): tiene muy diferenciados los títulos que anhelan el prestigio, en la línea de HBO, de los entretenimientos más banales y comerciales. Aquí, con una mezcla entre drama criminal, comedia y acción de serie B, la idea es convencer a quienes buscan una fetichización de los setenta, las persecuciones de coches y las historias con un protagonista que derrocha chulería quemando rueda y vacilando al personal.
Es afortunado que por lo menos la propuesta sea consciente de ello y lo evidencie desde el primer capítulo. Así uno puede pasar por alto la caótica presentación del universo y la dificultad para encajar los momentos más vacilones con los más emocionales. También ayuda que Rachel Hilson, vista en Love, Victor, tiene la presencia para erigirse en contrapeso para Holloway. Sus conflictos son previsibles: es tan verosímil que es discriminada en el FBI por una cuestión de sexo y color de piel como convencional la forma de abordarlo. Pero, al colocar los pros y contras en la balanza, el resultado es positivo.