Atención, Netflix acaba de estrenar una muy buena serie
Recomendación
'Reclutas' es una de las revelaciones del año (sin lugar a dudas)

Miles Heizer, visto en 'Parenthood' y 'Por trece razones', ancla la ficción.

El volumen de producción de Netflix hace que sea imposible prestar atención a todos los estrenos. Que una cantidad significativa de títulos no busquen precisamente el prestigio, con el entretenimiento como única finalidad (y en algunos casos con resultados cuestionables), tampoco ayuda a querer lanzarse de cabeza a cualquier contenido que aparece en el catálogo. Pero esta semana toca centrarse: han estrenado la que posiblemente sea una de las mejores series de este año y, sin lugar a dudas, lo más interesante desde la agresiva irrupción de Adolescencia en marzo.
Se llama Reclutas. Se ambienta en 1990. Miles Heizer (Por trece razones) interpreta a Cameron Cope, un adolescente que el día de su graduación, antes de la ceremonia, acaba con la cabeza metida en el retrete, obligado por sus compañeros. Su madre (Vera Farmiga), una mujer tan inestable como narcisista, apenas se acuerda de que existe. Así que, cuando su mejor amigo Ray (Liam Oh) le informa que se alistará en el cuerpo de la marina, él decide acompañarle: siente la necesidad de pasar página, de fortalecerse, incluso si la homosexualidad está prohibida en el ejército.

Al llegar allí con el autobús, se da cuenta del error. Eso no son unos campamentos amables, como quien se va unas semanas de convivencia para hacer amigos y vivir aventuras, sino un infierno. Se le dirigen a gritos, hay un par de compañeros de unidad con potencial psicópata, los superiores parecen obsesionados con romper su amistad con Ray y las pruebas físicas y mentales son una verdadera tortura, sobre todo para alguien que no estaba mentalizado. Además, de la misma forma que Ray tiene que enfrentarse al racismo de un sargento, él tiene que ocultar su sexualidad. Teme que, de descubrirse que le gustan los hombres, su integridad física peligre todavía más.
El guionista Andy Parker, que ya había escrito la apreciable serie juvenil Grand Army también en Netflix, adapta la novela de Greg Cope White con una habilidad extraordinaria para encontrar el tono. Reclutas es una rareza. Se puede catalogar como una comedia coming-of-age. Tiene incluso un punto gamberro, con las competiciones entre reclutas para ver quién suelta el mayor zurullo de la unidad o misiones para robar el papel higiénico a una unidad rival. También es un drama de dureza sorprendente, al combinar situaciones con humor con unas amenazas de violencia de consecuencias tan imprevistas como impactantes. Y, encima de este equilibrio, se le une una búsqueda de la empatía y la ternura.

Reclutas es una obra original, imprevisible, anclada por un Miles Heizer que muestra tanto las debilidades del personaje como su progresiva determinación (y que se luce cuando aparece por partida doble en la pantalla, con un alter-ego que le desafía). Es encomiable, además, cómo encuentra la ternura en medio de unos inflexibles (y satirizados y terroríficos) códigos militares en unos episodios bien estructurados, que beben de los lugares comunes del género pero al mismo tiempo los trascienden con el trabajo de personajes. Es, al mismo tiempo, una pesadilla y un lugar feliz por la contraposición de la tortura justificada del ejército con la necesidad de buscar la humanidad y el compañerismo en el otro.
Qué capacidad tiene Reclutas de hablar de masculinidad tóxica y cómo se perpetúa (aquí, este año, hace un tándem fantástico con Impostura) y de reservarse sorpresas en el tratamiento de los personajes. Es humor, es emoción, son lágrimas y es, como decía antes, una de esas sorpresas que de vez en cuando te regala Netflix cuando menos te lo esperas.