Iniciar sesión
Series

J.K. Rowling o Voldemort, el problema de la serie de Harry Potter

Opinión

La escritora ha visitado el rodaje de la primera temporada para disgusto de los detractores que preferirían que se apartase de la adaptación televisiva

J.K. Rowling visita por primera vez el rodaje de la serie de Harry Potter

J.K. Rowling visita por primera vez el rodaje de la serie de Harry Potter

HBO MAX/CONTACTO / Europa Press

J.K. Rowling posiblemente sea una de las escritoras más inteligentes de la industria. A pesar de que empezó a escribir la primera novela de Harry Potter en una cafetería (para ser exactos, en The Elephant House Cafe en Edimburgo), no se dejó llevar por el entusiasmo y los cheques potenciales al vender los derechos para su adaptación cinematográfica: no solo se aseguró una porción significativa de los beneficios sino que tenía control creativo sobre la franquicia. Y, mientras se desconoce hasta qué punto conserva este poder en su inminente adaptación televisiva, continúa estando implicada: esta semana visitó el rodaje. Esto es un problema de imagen.

No es una novedad. Desde que se anunció el proyecto en HBO Max, los directivos han tenido que enfrentarse a su controvertida implicación como productora ejecutiva. El directivo Casey Bloys reconoció abiertamente, ante la curiosidad de los periodistas, que Rowling estaba “muy, muy implicada en el proceso de selección de la guionista y el director”, roles que recayeron en Francesca Gardiner (Succession) y Mark Mylod (Juego de tronos). Pero también tuvo que especificar que sus ideales transfóbicos no habían “afectado el proceso de casting o la contratación de guionistas o miembros de producción”. Ahora, con su reciente visita al rodaje, es inevitable entender que no piensa desvincularse de su universo de ficción para evitar polémicas.

Arabella Stanton, Dominic McLaughlin y Alastair Stout serán Hermione, Harry y Ron respectivamente.
Arabella Stanton, Dominic McLaughlin y Alastair Stout serán Hermione, Harry y Ron respectivamente.Aidan Monaghan / © HBO

Según informa Deadline, el equipo instalado en Leavesden se comportó como si tuvieran una visita de la familia real: todos los miembros importantes de producción estaban allí para recibirla. Esta noticia coincide, además, con las declaraciones recientes de Daniel Radcliffe, el Harry Potter de las películas, que explicó que había mandado una carta a Dominic McLaughlin, su sucesor, para que lo pasase en grande con el rodaje de la nueva adaptación. Que el actor de 36 años tenga una relación pública complicada con Rowling al igual que Emma Watson y Rupert Grint, debido a su diferencia de opiniones (y las puñaladas de la escritora contra ellos), no significa que no sienta empatía por el joven actor al que en los próximos meses podría cambiarle la vida.

Recordemos que, en los últimos años, J.K. Rowling ha convertido en su misión prioritaria atacar a las mujeres trans desde sus redes sociales y con su fortuna valorada en 900 millones. Su apoyo a la organización For Woman Scotland, por ejemplo, luchó para que el tribunal supremo del Reino Unido dictaminase que las mujeres trans no podían ser consideradas legalmente mujeres. Como mínimo se sabe que destinó 85.000 euros a la organización, aparte de ayudar a darle visibilidad. También se hizo viral su fotografía celebrando la sentencia con un puro en la mano, cual villana de película. Entre otras polémicas, fue demandada por acoso junto a Elon Musk por la boxeadora Imane Khelif, al dudar de su feminidad en los Juegos Olímpicos de París.

Instagram

Aunque es cierto que el posicionamiento de J.K. Rowling tiene apoyo, su obsesión constante por la causa contra los derechos de las personas trans hace que Harry Potter esté ya en un segundo plano al mencionar su nombre. Ella inspiró a millones de jóvenes lectores con relatos heroicos, donde los protagonistas luchaban contra el odio a lo distinto y a la pureza, y ahora predica contra uno de los colectivos más vulnerables de la sociedad, las mujeres trans. Un sector de estos lectores son los que en el presente, emancipados de su influencia, piden no separar la artista de la obra: consumir Harry Potter implica dar dinero a la transfobia. Para que nos entendamos, J.K. Rowling es Voldemort para la comunidad trans. ¿Cómo se supone que pueden apoyar la nueva producción?

Con la visita de J.K. Rowling al rodaje, la escritora manda un claro mensaje: ella puede tener detractores pero Harry Potter, incluso en sus adaptaciones, es indisociable de su persona. Pero hace un flaco favor a la nueva franquicia y al talento asociado que no se ha querido perder una gran oportunidad profesional, como Paapa Essiedu, Nick Frost, Janet McTeer o el arsenal de actores infantiles. Cuando sea el momento de estrenar la producción, la primera pregunta para cientos de medios de comunicación será la misma: ¿Apoyan o condonan la retórica antitrans de Rowling? ¿Cómo es compatible el activismo tan habitual en la comunidad artística con trabajar con una figura como Rowling?

Es una lástima, sobre todo cuando ahora mismo el debate tendría que estar alrededor de las primeras imágenes filtradas de Harry Potter. La serie tiene exactamente la misma estética que las películas iniciadas por Chris Columbus. ¿Qué sentido tiene hacer una nueva adaptación tan solo 14 años después de terminar la saga cinematográfica sin tener, a priori, una nueva visión del material? ¿Puede un refrito convertirse en un clásico como sucedió con las películas?

Etiquetas