'Reykjavík Fusion', el último éxito islandés que mezcla thriller, drama social y alta cocina
Estreno en AMC+
Para los creadores y guionistas, la serie trata de responder a la pregunta de qué ocurre cuando una sociedad se niega a perdonar

Una imagen del primer episodio con Ólafur Darri Ólafsson

Una mezcla de drama social, alta cocina y crimen organizado situada en el corazón de Reikiavik y que trata de responder a esta pregunta: ¿qué ocurre cuando una sociedad se niega a perdonar? Es la propuesta de Reykjavík Fusion, el último éxito de la televisión islandesa que llega a España este miércoles vía AMC+ y que sigue la historia de Jónas, un cocinero que acaba de salir de prisión tras ser acusado de incendiar su restaurante y que en su lucha por recuperar a su familia, se verá empujado a adentrarse en un mundo peligroso.
Para el creador de la serie, Hörður Rúnarsson, la chispa inicial no vino ni de la cocina ni del thriller. “Surgió más bien del aspecto social: la cuestión de si alguien que comete un error puede redimirse o ser perdonado”. Con esa base moral, pero sin renunciar al entretenimiento, el equipo decidió incorporar elementos de suspense para reforzar el impacto emocional. “Queríamos mostrar que cuando la sociedad no perdona, eso puede tener consecuencias graves”, añade el creador, consciente de que la historia debía navegar entre mundos muy distintos.
Esa mezcla de distintos géneros fue uno de los desafíos principales en la sala de guionistas. Rúnarsson recuerda que tenían una regla clara: “Intentar siempre que cada escena fuera lo más intensa posible, llevándola al límite del realismo, pero sin sobrepasarlo”.
Su compañero y guionista Jónas Margeir Ingólfsson –con quien presentó la serie en la última edición del Serielizados Fest Barcelona– lo resume como una estructura pensada para transitar con fluidez entre distintos universos. “Usamos el motor del thriller como vehículo para adentrarnos en el mundo culinario y en el comentario social sobre quienes regresan de la prisión”, afirma.
En el centro de esta historia se encuentra Jónas, a quien interpreta Ólafur Darri Ólafsson, posiblemente el actor islandés más reconocido. Su arco emocional se construye desde la complejidad moral: un hombre común que cometió –o no– un error, y que ahora intenta sobrevivir en una sociedad que lo rechaza. “Queríamos que el espectador pensara una cosa, formara un juicio y luego descubriera que la realidad era distinta”, comenta Rúnarsson. La serie juega con esa ambigüedad para plantear una pregunta incómoda: ¿merece alguien ser castigado incluso después de haber pagado su deuda?
Curiosamente, el papel no fue escrito para Òlafsson. De hecho, él participaba en el proyecto solo como productor. “Un día, los directores dijeron: ‘¿Por qué no lo haces tú, Darri?’”, recuerda Rúnarsson. La decisión transformó el proceso creativo, permitiendo adaptar matices del personaje una vez que el actor aceptó asumirlo. El creador destaca su aportación: “Dió muchísimo al papel, quizá porque llevaba tanto tiempo en el proyecto que conocía todos los detalles y entresijos”.
Aunque Islandia suele asociarse a paisajes volcánicos y naturaleza extrema, la serie opta por un enfoque más urbano. “Decidimos centrarnos más en Reikiavik como ciudad que en los paisajes islandeses”, apunta Rúnarsson. Para Ingólfsson, la propia dimensión del país influye en la trama: una comunidad pequeña donde todos se conocen y donde es imposible pasar desapercibido. Ese aislamiento social se convierte en un obstáculo añadido para Jónas, que debe enfrentarse a una comunidad que no lo quiere de vuelta.
Otro de los pilares de Reykjavík Fusion es su retrato minucioso del mundo culinario. Para lograrlo, contaron con la asesoría del prestigioso chef Þráinn Freyr Vigfússon. “Diseñó toda la comida de la serie: menús, platos, todo lo que se ve en pantalla fue preparado por él en el set”, explica Ingólfsson, quien bromea diciendo que después del rodaje él mismo se comía los platos. La colaboración no solo aportó autenticidad visual, sino que incluso trascendió la pantalla: “Durante el mes del estreno en Islandia, su restaurante empezó a servir el menú de Reykjavík Fusion porque la gente lo pedía constantemente”.
