Un joven de 24 años ha sido condenado a un año y once meses de prisión por apuñalar en la cara a un policía que había acudido a su casa para mediar en un conflicto entre el acusado, con problemas psiquiátricos, y su madre. Así se desprende de la información publicada por La Nueva España.
Los hechos ocurrieron durante la tarde del 18 de marzo de 2024 en el barrio de El Coto, en Gijón (Asturias). Ese día, una patrulla de la Policía Nacional fue alertada de una disputa en un piso de la calle Feijoo. Una mujer había alertado a las autoridades de que había sido agredida por su hijo. La madre del joven explicó a los agentes que su hijo le había mordido y que tenía miedo de que estuviese destrozando la vivienda o incluso atentando contra sí mismo, ya que no había tomado su medicación.
Los agentes, que ya conocían a este joven por otras intervenciones, subieron al domicilio, donde encontraron al chico sentado en un sillón del salón. “Sin contestar, se levantó y empezó a caminar hacia ellos, siempre con la mano derecha oculta en la espalda”, señalaron algunos de los agentes tras la intervención. Los policías preguntaron al joven qué llevaba en la mano, pero él no respondió.
Estado psiquiátrico
El condenado sufre un trastorno psicótico junto a otro del espectro autista (TEA) y de la personalidad con esquizoparanoides
Fue entonces cuando el ahora condenado sacó un cuchillo “de forma sorpresiva” y atacó a uno de los agentes. La víctima recibió dos puñaladas: una en la barbilla y otra en el cuello. Por suerte, las heridas no pusieron en riesgo la vida del agente, pero le dejaron dos cicatrices. Junto a su compañero, que también sufrió heridas en el antebrazo y en el codo, el agente logró zafarse del ataque.
Fue entonces cuando el joven huyó del lugar y los agentes pidieron refuerzos. Muchas patrullas de la Policía Nacional y de la Local juntaron fuerzas para localizar al joven. Lo encontraron de madrugada en un bar de la avenida de Pablo Iglesias, desde donde le arrestaron y trasladaron al Hospital de Jove.
El procesado, que se encuentra ingresado en un centro especializado, ha asumido los cargos de los que le acusaba la Fiscalía: delitos de atentado a agente de la autoridad, lesiones y lesiones en el ámbito familiar. Por ello, ha sido condenado a 1 año y 11 meses de prisión.
Sin embargo, la condena ha quedado suspendida debido a su estado psiquiátrico, por lo que no tendrá que pisar la cárcel mientras se someta a tratamiento durante un plazo que el magistrado fijará en ejecución de sentencia y pague 7.000 euros de indemnización al agente herido. Además, el condenado no podrá acercarse a su madre ni comunicarse con ella durante año y medio.


