Un hombre ha sido condenado a 5 años de prisión por abusos sexuales continuados a su hija de 20 años en Palma de Mallorca. El agresor sexual ha aceptado la condena y ha ha abonado 25.000 euros de indemnización para la víctima por el daño moral causado. Así se desprende de la información publicada por Última Hora.
Los hechos ocurrieron entre agosto y mediados de septiembre de 2020 en el domicilio donde el agresor convivía con su hija. El 9 de agosto, el acusado estaba jugando en el ordenador, llamó a su hija y le pidió que se sentara sobre su rodilla. Después le propuso ir a la habitación para darle un masaje.
Una vez allí, el padre cerró la puerta y le dijo a la víctima que la ayudaría a lidiar con un trauma que ella tenía tras haber sido agredida sexualmente por parte de la pareja de su madre cuando tenía 5 años. El padre le dijo que quería ayudarla a sentirse una mujer y que quería enseñarla a masturbarse. Ante esta propuesta, la joven se negó e, incómoda, se tapó el pecho y los genitales.
Manipulación
La víctima había sido agredida sexualmente con 5 años por una pareja de su madre, algo que el padre aprovechó para volver a abusar de ella
Según el relato de la víctima, el padre volvió a entrar en su habitación durante los días siguientes, cuando se encontraban a solas en la vivienda. Allí, le preguntó a su hija si había intentado masturbarse y si había practicado algunas técnicas que él le había contado anteriormente.
El agresor sexual la cogió por el brazo, la llevó a su dormitorio y la tumbó en la cama, donde le pidió que se relajara mientras le realizaba tocamientos. El padre le repetía que tenía que dejarse ayudar. La misma situación se repitió una vez más en días posteriores.
En otro episodio, el padre de la víctima se quedó en ropa interior cuando estaba con su hija a solas en la casa. Intentó bajarle los pantalones y la ropa interior a la joven mientras le decía: “No te preocupes, no te voy a hacer nada. Solo voy a enseñarte”, ha asegurado Última Hora. Fue entonces cuando el acusado forzó a la joven para que ella no cerrase las piernas y le quitó la ropa interior para realizarle tocamientos.
El 26 de agosto, pidió a la víctima que le acompañase a un local de Palma donde estaba haciendo una obra. Allí, el hombre arrastró a su hija hacia una de las habitaciones, se desnudó y le propuso a su hija que hiciera lo mismo. Ella se negó. En otra ocasión, el agresor sexual abrazó a su hija por la espalda y, respirando cerca de su cuello, le dijo: “No seas mala, esto a mí me da vida”.
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El hombre pidió a su hija que no contara nada de esto a otras personas porque no lo entenderían y no quería ir a la cárcel. El 15 de septiembre de 2020, la víctima decidió abandonar el domicilio familiar y en febrero de 2021 empezó a recibir tratamiento psicológico en la fundación IRES. A raíz de estas agresiones, la víctima presenta trastorno de adaptación con ansiedad, depresión y disfunción sexual.
Por estos hechos, la Fiscalía reclamaba para el agresor sexual una condena de 9 años y medio de cárcel. Sin embargo, la representante del Minsiterio Público ha rebajado su petición a 5 años de prisión tras llegar a un acuerdo con la abogada de la víctima, Magdalena Quetglas, y el letrado de la defensa, Tomeu Vidal. El tribunal ha apreciado la atenuante de reparación del daño (la indemnización) como muy cualificada y la agravante de reincidencia, ya que el agresor ya fue condenado en junio de 2015 por el mismo delito.