Un hombre de 31 años ha sobrevivido a un intento de asesinato por parte de su casero, que le disparó en la cabeza tras recriminarle que le debía dos meses de alquiler. La víctima fue trasladada al Hospital Virgen Macarena, donde los cirujanos lograron extraerla y salvarle la vida. El acusado de estos hechos, de 81 años, fue detenido pero quedó en libertad provisional cuando pasó a disposición del juzgado. Así se desprende de la información publicada por el Diario de Sevilla.
Los hechos ocurrieron durante la tarde del pasado 24 de febrero de 2025 en San José de la Rinconada, en Sevilla. El citado medio ha podido entrevistar a la víctima, que ha contado su vivencia. Ha contado que, semanas antes de los hechos, había discutido con su casero: "Yo había tenido un problema, me había quedado sin trabajo y no pude pagar el alquiler. Le pedí un margen de tiempo para poder pagar y, si no, yo me iba de allí porque no estábamos ni cómodos. Era un piso pequeño y pagábamos mucho”, ha contado el hombre.
Explica que unos días antes, el casero le pidió ayuda para mover unas latas de pintura en el desván, a lo que él accedió. “Este hombre siempre va armado, iba presumiendo en los bares de que tenía una pistola pequeñita y que la llevaba en el pecho. Yo lo noté muy raro en el desván, fui a sacar una de las latas y, al girarme, vi que estaba llevándose la mano a donde tenía la pistola. Se lo comenté a mi mujer, que no sé si me quería pegar un tiro o qué, pero no nos lo podíamos creer y seguimos viviendo allí”, relata.
De urgencia
La víctima fue trasladada en estado crítico al hospital, donde, por suerte, pudieron extraerle la bala y salvarle la vida
A los veinte días de esta escena, ambos volvieron a cruzarse. “Se me apagó el teléfono y bajé a unas oficinas que tiene en los bajos del edificio para pedirle que me dejara el suyo para llamar a mi madre. Como él tenía el número de mi madre memorizado en su teléfono, me lo dejó para que la llamara y me indicó que me metiera en un cuarto que había allí para que hablara tranquilo. Estuve hablando con mi madre, y al colgar noté un 'bum', un zumbido muy fuerte en la cabeza”, ha explicado el hombre en conversación con el citado medio.
Su casero le había disparado en la cabeza. Lo hizo por la espalda, sin previo aviso y sin decir ni una palabra, según ha contado la víctima. “Yo estaba sentado en la silla y caí hacia delante, sentí un zumbido fuerte, mucho frío en la cabeza y un porrazo en la espalda. Para coger equilibrio, lancé las manos hacia atrás. Él venía para darme un segundo tiro. Caí con la suerte que le agarré en la mano que tenía la pistola. Hubo un forcejeo entre ambos, se cayó y, como pude, le quité la pistola y salí corriendo”, ha detallado el hombre.
Sangrando y con la pistola de su agresor en la mano, el hombre huyó del lugar y corrió hacia el ambulatorio más cercano. “Iba haciendo zigzag, chocando con los coches, no tenía fuerzas”. Por suerte, además de que la bala no le mató al instante, encontró el centro de salud abierto de casualidad, ya que era el primer día que abría por la tarde. Allí le atendieron y le trasladaron al Hospital Virgen Macarena, donde le operaron de urgencia.
“Era una bala pequeña, pero obviamente me podía haber matado. Me partió el cráneo y quedó alojada en el músculo occipital”, ha explicado la víctima, todavía atónita por lo vivido. El hombre ha expresado su indignación en conversación con el Diario de Sevilla. No encuentra justo que su presunto agresor quedase en libertad tras su detención. “No sé cómo alguien que le pega un tiro a otra persona está libre, lo más coherente sería que estuviera en prisión provisional a la espera de juicio. No sé si puede venir a buscarme. Aquél día no hubo discusión ni nada, ni había motivo para que hiciera lo que hizo. Yo siempre me había llevado bien con él, le llevaba hasta limones y naranjas de mis padres. Llevábamos unos ocho meses viviendo allí. Y él me había enseñado la pistola, siempre va armado y la enseñaba”, ha contado.
Tras el ataque, sufre secuelas: “Me duele la cabeza, tengo la zona muy sensible, y psicológicamente estoy muy afectado”. El hombre pidió el alta voluntaria del hospital para sacar a su perro de la casa, ya que tenía miedo de que su casero pudiera hacerl algo también a su mascota. “También tenía mucho miedo a estar solo en el hospital”, reconoce.
“Espero que se haga Justicia, que este hombre entre en prisión y cumpla condena por hacer lo que ha hecho, que es intentar matar a sangre fría y sin motivo aparente a un hombre de 31 años que tiene dos hijos", ha expresado el abogado de la víctima, José Antonio Cumplido.
La víctima explica que le debía algo más de 1.000 euros. "Pero aunque hubieran sido diez mil, no creo que sea motivo para dispararme. Además, que yo me había ofrecido a irme y él no quería que me fuera”, ha añadido. Ahora explica que se siente “como si hubiera vuelto a nacer. Cada vez que me levanto me digo a mí mismo que estoy ante otro día que me ha brindado la vida. Es increíble, pero cierto. Mi casero me pegó un tiro en la cabeza y estoy vivo”, narra aliviado.