Ingresa en una clínica psiquiátrica de Alicante, escribe un mensaje en un papel y desaparece para siempre

Bajo investigación

El caso de Gloria Martínez es un misterio que lleva más de tres décadas sin resolverse

El cartel de búsqueda de Gloria Martínez Ruiz difundido por SOS Desaparecidos

El cartel de búsqueda de Gloria Martínez Ruiz difundido por SOS Desaparecidos

@sosdesaparecido

El caso de Gloria Martínez sigue siendo un misterio. Una joven con problemas de insomnio, estrés y anorexia que fue internada en una clínica psiquiátrica en Alicante (València), desapareció de la noche a la mañana y nunca más se supo de ella. Por entonces tenía solo 17 años y toda una vida por delante.

La versión oficial apunta a que la chica se fugó de la clínica en la localidad de Alfaz del Pi. Sin embargo, las circunstancias que rodean a su huida precipitada carecen de toda lógica. De hecho, no resultaron creíbles desde que las enfermeras y la dirección del centro médico expusieron su relato de los hechos.

¿Cómo pudo escapar si le habían administrado sedantes y la ataron a la cama para evitar que se autolesionara? Además, afirman que había pedido ayuda a un matrimonio búlgaro que se encargaba del mantenimiento de las instalaciones, difunde ABC. Pero hay más ingredientes para no creer las versiones oficiales: ni en una serie de Netflix una chica descalza y sin gafas pese a su miopía podría trepar después de la medianoche el muro exterior de dos metros de altura.

Sin resolver

Las circunstancias en que la joven se habría fugado ponen en duda la versión oficial

Gloria ingresó el 29 de octubre de 1992 a la Clínica Torres de San Luis, recomendada por una profesional tras intentos fallidos de mejoras. Con esperanza y tranquilos, los padres la dejaron en el establecimiento. Pero, de acuerdo al testimonio de las enfermeras, una vez que sus familiares se fueron, comenzó la pesadilla: delirios y medicación incluso inyectable. Pero nada hacía efecto.

Fue entonces cuando debieron suministrarle una dosis mucho más elevada de la medicación. Esa misma tarde, la joven escribió estas líneas en un papel, confusas y desordenadas: “Me da miedo pensar que estoy muriendo y la única luz esté cerca de mí. Dios mío”. Un inquietante mensaje que se ha convertido en uno de los grandes misterios.

Un grafólogo ha comparado la caligrafía de los cuadernos de Gloria y ha concluido que la joven escribía bajo los efectos de algún tipo de narcótico. Pero la decisión clave se produjo cuando, al parecer, en un instante en que Gloria fue al baño, la perdieron de vista. Afirman que, pese a su delicado estado por la medicación, saltó por la ventana desde el primer piso. Y nunca más se supo su paradero.

Vista aérea de la Finca de Torres de San Luis, en Alicante

Vista aérea de la Finca de Torres de San Luis, en Alicante

Clarín

A partir de entonces comenzaron a circular todo tipo de hipótesis: desde que jamás estuvo en la clínica hasta un secuestro, pasando por un intento de ocultar su muerte por exceso de fármacos. Pero todas fueron descartadas. Las recorridas por las inmediaciones del psiquiátrico tampoco dieron sus frutos. Gloria se había esfumado.

El hallazgo en la fosa séptica de la clínica de una prenda interior y un cinturón en una bolsa de Gloria resultó una verdadera pista inquietante tras una inspección de las instalaciones años más tarde, ya cuando la clínica había cerrado sus puertas. Numerosos ciudadanos han alertado al servicio de emergencias asegurando haber visto a Gloria durante estos años: que estaba en una estación de servicio, que salía del domicilio de la enfermera... Ninguna se ha podido constatar.

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Cuando el juez archivó la causa sin hallar pruebas de criminalidad, posteriormente en 2008 la Audiencia Provincial de Alicante condenó por la vía civil a la empresa gestora del centro de tratamiento del estrés y a la psiquiatra que prescribió el tratamiento, que tuvo que indemnizar con 60.000 euros a los padres de Gloria, como responsables por la falta de seguridad en estas instalaciones, según relata ABC.

Por otra parte, determinaron la falta de suficiente personal calificado para ocuparse de la paciente. Años más tarde, se elevó la indemnización a 104.000 euros por el daño psicológico a los padres. “Incalculable”, lo describían.

La foto de Gloria Martínez todavía aparece en el portal SOS Desaparecidos. En su barrio de La Florida de Alicante, ni siquiera la calle de su casa se llama igual por la Ley de Memoria Histórica. Nada más se supo de aquella joven que tocaba el piano y no padecía ninguna enfermedad grave, tal como reconoció la psiquiatra que la trató hace más de tres décadas. Nada menos que tres décadas de incertidumbre.

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