Delimar Vera tenía tan sólo 10 días de vida cuando en su casa ocurrió un incendio por el que los bomberos la declararon fallecida. Pero su madre no creyó la versión y, por mucho tiempo, sostuvo que su hija no había muerto. Siete años después, un hecho fortuito ha confirmado ese instinto materno. La increíble historia de este caso ha sido plasmado en el documental Regreso de la muerte: ¿Quién me secuestró?.
Corría la tarde del 15 de diciembre de 1997 cuando Luz Cuevas escuchó que llamaban a la puerta de su casa ubicada en Filadelfia, Estados Unidos. Al abrir, se encontró con Carolyn Correa, una prima lejana de su esposo Pedro Vera. Esta le dijo que necesitaba que Pedro la ayudase con un problema que tenía su coche. La mujer le contestó que su marido no se encontraba en casa, pero Carolyn insistió con que también necesitaba verlo para ofrecerle un trabajo.
Historia insólita
Una familiar lejana de la familia secuestró a la bebé y cambió su nombre para quedarse con ella, hasta que fue descubierta por la verdadera madre de la menor
Ante la oferta laboral, Luz escuchó atentamente, ya que su cónyuge se encontraba desempleado. Decidió llamar a Pedro, quien llegó a la casa y, junto a Carolyn, se marcharon. Al rato, sonó la puerta otra vez y, de nuevo, era la prima lejana. “Vengo porque olvidé mi cartera”, se justificó. Cuevas la hizo pasar para que la buscase, pero, una vez dentro, Carolyn también pidió permiso para ir al baño, que se ubicaba en el piso de arriba del hogar.
Pasaron unos minutos y Luz subió a ver cómo se encontraba Delimar, su hija de apenas 10 días, a quien había dejado en la cama de una de las habitaciones. Pero, al entrar, la bebé no estaba en ese lugar, sino en la cuna que se hallaba cerca de una ventana. Ante esto, la madre supuso que Carolyn la había movido, por lo que la increpó, a lo que ella respondió que era porque tenía miedo de que se cayera al suelo. Acto seguido, ambas mujeres bajaron las escaleras y se despidieron.
Tan solo unos segundos después de que que Carolyn Correa se retirase de la casa, Luz Vera escuchó un estruendo que parecía venir de la parte de arriba. Subió las escaleras corriendo y, al abrir la puerta del dormitorio donde reposaba la bebé, se encontró con un incendio feroz. Como hubiera hecho cualquier madre, Luz entró y se dispuso a rescatar a su hija. Sin embargo, esta no se encontraba en la cuna. Solo pudo ver que, llamativamente, la ventana estaba abierta.

Luz Cuevas y Delimar Vera en 2007, a tres años de su reencuentro
El fuego se iba incrementando, la madre comenzó a quemarse y, cuando tomó consciencia de que si continuaba allí podría morir, salió. Minutos después llegaron los bomberos, extinguieron las llamas y luego bajaron con un pedazo de colchón envuelto. En ese momento, Luz escuchó la peor noticia: mostrándole el objeto, le dijeron que allí estaban los restos de su hija, totalmente calcinados por el fuego.
La mamá rompió en llanto, mientras Carolyne, que aún estaba en la calle, y Pedro, que había regresado ante la noticia, intentaban consolarla. Transcurridos algunos días, Luz empezó a tejer una idea que parecía alocada: suponer que su hija no había fallecido. El hecho de insistir tanto con esta hipótesis terminó por causarle problemas con su esposo Pedro, del que se separó al poco tiempo.
Los años pasaron y, en enero de 2004, celebraron una fiesta de cumpleaños en la casa de la hermana de Pedro Vera. Aunque hacía tiempo que Luz Cuevas se había separado de Pedro, mantenía la relación con la familia de este, por lo que fue invitada. A pesar de que tenía pocas ganas de asistir, su hermana Tatita la convenció de, al menos, hacerlo por un rato.

Delimar Vera vivió con una prima lejana de su padre por 7 años, bajo el nombre de Aaliyah
Al llegar al cumpleaños, Luz no pudo creer lo que veían sus ojos: había una niña que se parecía mucho a ella. En particular, le llamó la atención que tenía los mismos hoyuelos y la misma risa. Dio rienda suelta a su instinto materno y exclamó: “Es mi hija”, a lo que su hermana le contestó diciendo que por favor no hiciera “ninguna locura”.
La pequeña se llamaba Aaliyah y se encontraba junto a su madre Carolyne Correa, aquella prima lejana que había estado en el incendio ocurrido en diciembre de 1997. Luz ignoró a Tatita y, cuando Aaliyah subió al piso de arriba para jugar con otros niños, fue detrás de ella. Allí, se le acercó y, con la excusa de que quería sacarle un chicle que tenía pegado, le arrancó un mechón de pelo.
Después de que la niña bajase las escaleras, Carolyne la cogió de la mano y le dijo: “Nos tenemos que ir. Hay una señora mala que se quiere quedar contigo”. Con los restos de pelo, Luz Vera contó la historia a todo el mundo, con la esperanza de que alguien le creyera, hasta que un fiscal tomó el caso y ordenó una prueba de ADN.

Luz Cuevas, la verdadera madre de Delimar Vera
Carolyne Correa quiso influir en el estudio de una manera insólita: en el baño de la clínica, mediante un spray, aplicó saliva propia en la lengua de Aaliyah, con el objetivo de que el hisopado diera falso. Pero el intento de Carolyne fue en vano y, en febrero de 2004, los resultados arrojaron que la niña era hija de Luz Vera. La bebé no había muerto en el incendio de 1997, sino que la habían secuestrado y seguía con vida, tal como lo intuía su verdadera madre. Durante siete años, fue criada por Carolyne Correa en una casa de Nueva Jersey, ubicada a tan solo 20 kilómetros del hogar de sus padres.
Por ello, Correa fue declarada culpable del secuestro y pasó varios años en prisión. Sin embargo, cómo se llevó a cabo este plan sigue siendo un misterio y, aunque él lo niega, algunas versiones apuntan a que Pedro fue cómplice. Aaliyah, por su parte, ha recuperado su identidad: Delimar Vera. Desde entonces, ha vivido alternadamente con su madre Luz y con su padre Pedro, hasta que, por lo dificultosa que le resultaba la relación con ellos, se mudó a un hogar comunitario.
A pesar de lo anterior, actualmente, Delimar ha recompuesto el vínculo con sus padres y vive feliz en Filadelfia, junto a su esposo Isaiah. Su increíble historia, en tanto, ya ha sido recreada en la película de Disney La niña perdida (2008) y en el reciente documental Regreso de la muerte: ¿Quién me secuestró?.