El podólogo mendocino Guillermo Germán Berjeli (47) ha sido condenado este miércoles a cadena perpetua al ser considerado culpable del homicidio agravado de su pareja, el chileno Roberto Alfonso Aquiles Guzmán Jaque (58). El tribunal considera probado que le mató “por codicia”. El acusado tuvo la oportunidad de defenderse y, antes de conocer la decisión de los jueces, dijo ser “totalmente inocente”.
El fiscal Juan Manuel Fernández Buzzi había pedido este martes la máxima pena para el podólogo, al que considera responsable de asesinar a su esposo con “suero envenenado durante su internación” en un sanatorio de Recoleta, en Buenos Aires (Argentina). Entre los agravantes, considera que el homicidio estuvo calificado por el vínculo, por haber sido cometido con alevosía, por el suministro de veneno y por codicia. El motivo del crimen habría sido una herencia de 300.000 dólares que el asesino pretendía cobrar.
Si bien no se pudo realizar la autopsia de la víctima porque lo cremaron poco después de su fallecimiento, los análisis de sangre y de orina realizados durante la internación fueron clave, además del testimonio de una enfermera y de las imágenes de las cámaras de seguridad. En ellas se ve su intervención: “Fue tan clara y evidente que en el juicio terminó admitiendo que manipuló los sueros, aunque intentó dar una explicación inverosímil e inadmisible”, ha declarado el fiscal respecto a las dos declaraciones que hizo el ahora condenado.
Entre rejas
Berjeli cumple condena ahora en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza
“En la primera, el imputado había expresado que llevó al sanatorio recipientes de solución fisiológica que habían sido bendecidos por un cura y que no había llevado agua porque 'podía estar contaminada'”, ha informado el Ministerio Público Fiscal. Durante su segunda indagatoria, antes de los alegatos, Berjeli aseguró que realizaba una “imposición de manos” sobre el cuerpo de su pareja y sobre los sueros para transmitirles “energía sanadora”.
En las cámaras quedó filmado cambiando la bolsa de suero por otra que llevaba en su mochila al menos en 12 ocasiones, entre el 2 y el 11 de enero. Su marido, Roberto Alfonso Aquiles Guzmán Jaque, era chileno y vivía junto a Berjeli en su apartamento de Villa Crespo, en el que también convivían con la madre de la víctima. El 16 de septiembre de 2010, Guzmán Jaque y Berjeli se casaron. Tres meses después, Roberto sufrió una descompensación médica que derivó en su ingreso en el Sanatorio Anchorena, en Recoleta.
Estaba desorientado, tenía dificultades para caminar y para hablar, además de una insuficiencia renal que complicaba su estado general. Guzmán Jaque era VIH positivo, pero su carga viral era indetectable y su cuadro estaba controlado hasta este momento, de acuerdo a la información que brindaron sus médicos. Después de 27 días de ingreso en terapia intensiva, el hombre falleció el 12 de enero de 2020. El podólogo parecía un marido cuidadoso y ocupado en la salud de su pareja pero, de acuerdo a lo que ha quedado probado en el juicio, lo envenenó intercambiando sueros.

Imagen del juicio a Guillermo Germán Berjeli
El cuerpo de la víctima fue cremado apenas 48 horas después del fallecimiento, por lo que no pudieron realizarle una autopsia. Sin embargo, y ante las dudas por la muerte en la clínica, se realizaron varios estudios que determinaron que Guzmán Jaque falleció por intoxicación por alcoholes pesados.
“Uno de los análisis que se le hizo después de haber comenzado la diálisis dio positivo en metanol”, afirmó el fiscal durante los alegatos. Según la declaración los peritos del Cuerpo Médico Forense (CMF), los análisis de sangre y orina dieron positivo en metanol o etilenglicol. El primero se detectó en los análisis, a pesar de la diálisis, lo que les permitió establecer que estaba en el cuerpo de la víctima en una concentración mayor.
Además, en las muestras de orina encontraron cristales de oxalato de calcio, generados por etilenglicol: un signo típico de intoxicación grave. Los peritos del CMF indicaron en su informe que era “altísimamente probable” que la muerte se haya generado por la intoxicación con alcoholes.
El podólogo intentó justificar estos resultados por el consumo de bebidas alcohólicas de su pareja. “Si alguna sustancia se introdujo en el cuerpo, fue durante la internación, donde la mayor parte de esos días la víctima estuvo inconsciente, por lo que fue alguien el que se la suministró”, argumentó el fiscal en su alegato.