La madrugada del 31 de mayo Joan Tamarit, un joven de 24 años, sufrió una agresión homófoba en Cervera. Un grupo de más de 15 personas empezaron a increparle a las puertas de una discoteca, le persiguieron y le agredieron físicamente. Aparte de contusiones en diferentes partes del cuerpo, le causaron lesiones renales graves, por lo que ha tenido que estar una semana ingresado en el hospital.
“Ahora ya me encuentro mucho mejor. Cansado, pero recuperándome. Lo que siento es impotencia y rabia”, ha expresado Tamarit en una entrevista en El món a RAC1. Ha explicado que esa noche estaba con un par de amigos a las puertas del local y que no llegó a entrar. De repente, varios “grupos de jóvenes homófobos” que había alrededor le empezaron a increpar e insultar.
“En ningún momento pensaba que estaban tan incómodos con mi presencia y que toda esa gente tenía tantas ganas de pegarme”, ha expresado el joven. Aún ahora, Tamarit no se explica cómo se desató ese odio hacia su manera de ser: “Me atacaron porque les molestaba mi presencia. Nadie debería sentirse incómodo por mi forma de pasármelo bien, que no ofendía a nadie.”
Homofobia
Al ver que un grupo de jóvenes le increpaban y le estaban siguiendo, el joven intentó entrar en un bar, pero le negaron la ayuda
Él intentó evitar las provocaciones y se marchó con una amiga a un bar cercano. Pero allí la cosa aún fue a peor. “Muchos se fueron, pero se quedó un grupo muy motivado por hacerme mucho daño, que nos siguieron hasta el bar. Decían cosas como: 'maricón de mierda, te voy a matar!'”, relata. Entró en el bar corriendo y pidió ayuda, pero le dieron la espalda.
“Yo estaba acojonado y le pedí al camarero y a las tres personas que había en el bar que llamaran a la policía, porque yo no tenía mi móvil. Pero nadie quiso hacerlo. Es un bar al que va gente conflictiva y no quieren problemas con la policía”, explica. “Allí estuve bastante rato retenido. No quería salir porque estaban todos fuera esperándome”, recuerda.
La amiga del joven intentó “discutir con ellos para que se marcharan, y estuvieron a punto de agredirla a ella también”. Entonces fue cuando decidió huir, porque “no estábamos en un sitio nada seguro”, recuerda.

Concentración de rechazo a la agresión homófoba en Cervera
“Intenté llegar al coche de mi amiga, pero estaban todos movilizados para venir a agredirme. Me fui corriendo, me persiguieron hasta que me atraparon y me empezaron a dar golpes en la cabeza y el cuerpo. Fue muy rápido. Me pegaron dos o tres personas, sobre todo uno que me pegó muy fuerte. Fueron directamente a pegar al riñón, donde tenía las peores contusiones, y me lo partieron”.
Se da la circunstancia de que Joan Tamarit solo tiene un riñón, por lo que la agresión resultó especialmente grave en su caso. “Operarme era muy arriesgado porque se podría haber perdido el riñón. Estuve una semana ingresado para conseguir detener la hemorragia. Y ahora tengo que estar en reposo varias semanas para que cicatrice”. Por suerte, pese a las heridas, logró huir y corrió directamente hasta los Mossos. “Si me hubiera quedado en el suelo me habrían linchado todos y quizás no lo hubiera podido contar”, destaca.
Superado lo peor del trance, Joan Tamarit agradece el apoyo de la familia y de toda la gente que se ha preocupado por él, como el alcalde de Cervera, Jan Pomés. “Le cojo la palabra, que yo debo poder ir por Cervera sin ningún problema, ser libremente como soy sin que nadie me falte al respeto. Me gustaría ver qué se hace ahora al respecto para conseguirlo”, apunta el joven.
El afectado lamenta que los agresores sean “gente que suele causar problemas y que hacen lo que quieren, pese a que la policía les conoce”. Y critica que la inmensa mayoría de personas que vieron la agresión no hicieron nada para detenerla: “Nadie hizo nada. No quisieron meterse en problemas o no se atrevieron”.
Por eso lanza un mensaje a los posibles testigos: “Muchas personas fueron testigos y están acojonadas. Aún están a tiempo de hacer lo correcto y explicar lo que pasó para que la justicia pueda hacer su trabajo y que esto no vuelva a suceder.” Y concluye: “A mí podrían haberme matado o destrozado completamente la vida y eso no puede permitirse. Me han demostrado que mi vida no vale nada, ahora la justicia tendrá que demostrar si vale algo”.