Una comunidad de vecinos de Palmanova, una localidad turística del municipio de Calvià, en Mallorca, ha acudido a los tribunales para tratar de desahuciar a la mascota de un vecino. Ante la Justicia, han asegurado que el perro del denunciado, que es de una raza potencialmente peligrosa, ha mordido a, al menos, dos personas y que molesta a la comunidad con sus ladridos continuos. Así se desprende de la información publicada por Última Hora.
Sin embargo, la denuncia no ha tenido demasiado éxito. Tal y como detalla el citado medio, el tribunal duda del relato de los denunciantes. Además, señalan que los vecinos no han tratado de hablar con el demandado para que controlase mejor a su perro antes de acudir ante los tribunales.
La demanda de esta comunidad de propietarios se interpuso en 2023. En ella, pedían al tribunal que considerase que se desarrollaba una “actividad peligrosa” en esta comunidad ante la presencia del perro. Pedían que se obligase al vecino denunciado a deshacerse del animal o a no tenerlo en el domicilio.
Tribunales
El juzgado no tiene claro que el animal mordiera a más de dos personas y que ladrara de forma continuada, tal y como apuntan los denunciantes
Los demandantes también reclamaban que se privara a este vecino de su derecho al uso de su vivienda durante dos meses, argumentando que el hombre que no adoptaba medidas de seguridad suficientes respecto al can. Sin embargo, la sentencia ha desestimado la demanda ante la existencia de dudas sobre el relato de los demandantes.
Por otro lado, un grupo de propietarios de la misma comunidad ha declarado a favor del dueño del animal, aunque también apuntan que existe un “comportamiento temperamental” del animal, que ladra y gruñe a desconocidos. El dueño del perro ha admitido dos ataques por parte del animal, pero ha rebatido otros episodios relatados por los demandantes, como que el animal ladrara demasiado.
De hecho, la sentencia ha concluido que no ha quedado demostrado que existiera una “continuidad y permanencia” de ruido. Además, los magistrados apuntan que la comunidad solo intentó mediar en el conflicto enviando un burofax al dueño del perro, que ni siquiera llegó a su destino.
El vecino demandado ha reclamado a la Audiencia las costas del juicio. No se ha conformado con su absolución, y ha presentado un recurso para que la comunidad de vecinos tenga que asumir las costas procesales de la demanda.


