Ocho días después de haber sido brutalmente agredida en el lugar de trabajo, el 7-Eleven de Melrose Avenue, Los Ángeles, Jessica McLaughlin falleció el pasado miércoles en el Hospital Hollywood Presbyterian.
Según informó su madre, Clancey, la joven de 24 años permaneció conectada a soporte vital desde el incidente, fue declarada con muerte cerebral tras sufrir una privación de oxígeno en el cerebro durante más de diez minutos.
La familia detalla que el ataque fue perpetrado por la encargada del local, quien, tras una discusión verbal, habría inmovilizado a Jessica sentándose sobre su torso. “La sujetó contra el suelo, se le sentó encima y no la dejó respirar”, escribió su hermano, Sean McLaughlin, en una publicación de GoFundMe.
Tras liberarse, Jessica logró pedir ayuda a sus compañeros antes de desplomarse y dando de no poder respirar. Los servicios de emergencia encontraron a la joven inconsciente y sin respuesta a maniobras de reanimación.

Tienda de 7-Eleven
Según ha informado Los Angeles Times, el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) investiga el caso como un homicidio.
La agresora intentó borrar las imágenes de las cámaras de seguridad antes de huir del lugar en bicicleta. Aunque las autoridades ya cuentan con el material audiovisual del incidente, aún no lo han hecho público ni tampoco han revelado la identidad de la sospechosa.
La familia insiste en acoso por parte de la jefa hacia la víctima
La cadena 7-Eleven confirmó que la empleada ya ha sido despedida y aseguró estar colaborando con la investigación. “Nuestros corazones están con quienes se han visto afectados en este momento tan difícil”, expresó la empresa en un comunicado.
Los familiares de Jessica sostienen que ella fue una víctima inocente de un patrón de acoso que venía sufriendo por parte de su jefa. “El cerebro dejó de funcionar. Después de buscar segundas opiniones y hacer todo lo posible, tuvimos que tomar la imposible decisión de dejarla ir”, lamentó su hermano Sean.